España se comporta como la favorita

La aportación atrás de todos y cada uno de los componentes de la selección española desniveló una balanza que siempre pareció estar del lado hispano. En ataque un gran juego coral, liderado por Marc Gasol (14), Rudy (15) y Calderón (13) no dio opciones a Croacia pese a contar con el apoyo del pabellón.

Con la idea de ser campeona por tercer año consecutivo. Así ha comenzado la andadura del conjunto de Orenga en el Eurobasket y eso que la primera piedra del camino no era ni mucho menos fácil de sortear. Un combinado croata plagado de estrellas como Tomic, Bogdanovic, Ukic o Saric que no iban a ponérselo nada fácil a los nuestros.

Pero España salió con el cuentakilómetros revolucionado, como queriendo distanciarse de todo lo hecho por las anteriores selecciones. Si en Polonia y Lituania el conjunto español comenzó algo dubitativo en la primera fase, cosechando incluso derrotas inesperadas, este nuevo equipo quiso dejar claro que ellos son distintos, ni mejores ni peores, pero sí distintos.

Apoyados en una gran defensa, los Rudy, Calderón, Ricky y Llull empezaron marcando distancias con transiciones rápidas que auguraban un saco de puntos. Hasta veinticuatro cayeron en el primer cuarto por tan solo nueve de los balcánicos. Jasmin Repesa había hecho bien los deberes para plantear una defensa dura en el poste sobre Marc Gasol, salpicada de ayudas que evitaran la anotación fácil del pívot español. Eso sí, cada movimiento para cerrar espacios por dentro, se traducía en un tiro abierto del perímetro español que completamente solo bombardeaba el aro croata.

Al acierto se sumaba una defensa muy seria, con un gran Sergi Llull. El escolta del Real Madrid era un parche que taponaba todos los agujeros por donde podía penetrar el juego rival. Sobre todo un marcaje excepcional en frente del gran referente balcánico, Bojan Bogdanovic, que se las veía para encontrar tiros liberados.

En el segundo cuarto más de los mismo, con la diferencia de que España dejó de anotar con tanta facilidad. Un cortocircuito de cuatro minutos sin encestar que subió la moral de las filas enemigas y más en concreto de la numerosa afición croata que se había congregado en Celje. A 40 kilómetros del territorio croata.

Sin embargo, la selección española ha ido a Eslovenia a demostrar muchas cosas y la primera es que en los momentos difíciles sabe apretar los dientes y mantenerse a flote. Final del segundo cuarto y España mantenía la ventaja de 13 puntos (33-20) gracias a su buena labor atrás.

A la vuelta de vestuarios pudimos atisbar el primer gran cambio del partido. Croacia, país que huele y sabe a baloncesto en cada esquina de sus calles, en cada rincón de su geografía, había salido dispuesta a subir varios puntos en su intensidad defensiva. La ecuación da como resultado una España errática a la que le cuesta anotar. Mientras que en el bando contrario, el pívot que había desterrado a Tomic de la titularidad, Luka Zoric, se echa el equipo a las espaldas y con dos tiros de larga distancia sitúa a su país a menos de diez puntos. La menor desventaja desde los inicios.

Momento de respirar y pedir calma con un tiempo muerto de Orenga. Al tiempo que Zoric levantaba las manos pidiendo la comunión con el público croata que abarrotaba el pabellón. Es entonces cuando aparece el anotador que necesita España en este torneo, el jugador que debe suplir a Navarro cuando haga falta sumar puntos desesperadamente. Rudy Fernández escucha la llamada y con cinco puntos consecutivos, de bella factura, vuelve a abrir distancias en el electrónico.

Último cuarto y el equipo nacional salta a la pista doce arriba. Siempre tranquilo, consciente de que sabe a lo que juega. Tan solo tiene que esperar hasta la mitad de este tiempo para ver cómo Croacia tira por tierra la buena defensa del cuarto anterior con faltas en ataque impropias de un equipo que quiere aspirar a medalla. Los hombres de Orenga, apoyados en un juego sólido siguen con la apisonadora ganando centímetro a centímetro. Canasta a canasta. Croacia ve impasible como el primer partido del torneo se le escapa sin poder hacer nada. Su primer punto del último cuarto llega a dos minutos del final con un paupérrimo dos de diecisiete en el tiro de tres: significativo.

Un reto de altura, demasiado elevado para el nivel de una selección croata que solo pudo ver desde abajo el potencial del conjunto español. Victoria (68-40) con las mejores sensaciones, aunque todos saben que esta es solo la primera piedra del camino. Queda mucho por recorrer.

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