El Supremo concede la maternidad de una lesbiana en contra de la madre biológica

El pleno de la sala de lo civil del Tribunal Supremo ha revocado una sentencia de la Audiencia de Toledo que resolvió el litigio que mantenían una pareja de lesbianas a propósito del reconocimiento de la maternidad del hijo nacido por inseminación artificial. Los magistrados del alto tribunal avalan que aunque no haya matrimonio y no medie consentimiento de la madre biológica, los hijos nacidos por inseminación artificial deben inscribirse en el registro en favor de ambos cónyuges. La decisión se ha adoptado por mayoría de siete magistrados. Otros tres han firmado un voto particular.

Ana y María mantuvieron una relación sentimental que duró diez años, fruto de la cual, nació por inseminación artificial su hijo Gerardo. Cuando el pequeño apenas contaba con dos años, la relación se rompió y María reclamó que se la reconociera como madre de Gerardo, a lo que Ana, madre biológica, se opuso. El juzgado de primera instancia de Talavera de la Reina le dio la razón pero la Audiencia de Toledo se la quitó. Ahora el Tribunal Supremo ha resuelto definitivamente el litigio.

El pleno de la sala de lo civil establece que cabe reconocer la maternidad la pareja de la madre biológica del hijo nacido por inseminación artificial, aunque no haya matrimonio y la madre biológica se oponga. La decisión ha contado con el visto bueno de siete magistrados. Otros tres han firmado un voto particular.

Unidad familiar

En este caso, dicen los magistrados, el menor llevaba el apellido de la pareja de la madre biológica, y ha quedado probado "el propósito común de ambas mujeres de recurrir a las técnicas de reproducción asistida, así como la existencia de una posterior unidad familiar y una aspiración de ser madre". Ambas, concluye la mayoría de la sala, "se han preocupado del menor con igual dedicación".