
Espárragos a la romana con tinta y 'romesco'

Esta receta plantea la falsa ilusión de comerse un calçot (una cebolla tierna) recién salido de las brasas del fuego, gracias al efecto de piel quemada que conseguimos con el rebozado teñido por la tinta de sepia. Sin embargo, no hay decepción alguna al descubrir que lo que degustamos, en realidad, es un sabroso y tierno espárrago que combina perfectamente con la salsa romesco. Esta, a pesar de ser un poco laboriosa de llevar a cabo, es extremadamente sabrosa. * Esta receta forma parte del libro 'Cocina con Joan Roca' (Planeta, 2014).
Elaboración
- Preparamos el rebozado mezclando la harina, el huevo, la levadura, el agua, la sal y la tinta de sepia o de calamar, ayudándonos con unas varillas. La mezcla debe quedar totalmente lisa, y a ser posible debe reposar durante unas horas para que la levadura actúe y la convierta en una masa esponjosa, ya que este es el secreto para que el rebozado quede crujiente cuando lo friamos.
- Pelamos la parte del tronco de los espárragos y la enharinamos ligeramente.
- A continuación pasamos los espárragos por la mezcla del rebozado a la romana.
- Freímos los espárragos cuidadosamente en aceite a temperatura moderada, unos 170 ºc, hasta que el rebozado esté crujiente. Los retiramos del fuego y
- los ponemos en papel absorbente.
- Colocamos los espárragos en un recipiente acompañados de la salsa 'romesco'.

