Sociedad

Siete años de cárcel por mandar un 'tetrabrick-bomba' a su antiguo socio

El Tribunal Supremo aumenta la condena de un hombre que intentó vengarse de su antiguo socio "por el que sentía resentimiento por un asunto fiscal" colocando el explosivo en su furgoneta

Un hombre ha sido condenado a siete años de cárcel por colocar un artefacto explosivo dentro de un tetrabrick y ponerlo en la furgoneta de un antiguo socio del que deseaba vengarse, "por el que sentía resentimiento por un asunto fiscal". El Tribunal Supremo aumenta su condena por entender que también debe imputársele un delito de tenencia de explosivos. El afectado sufrió graves daños en una mano y heridas de metralla.

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El plan consistió en camuflar un explosivo dentro de un tetrabrick de leche y dejarlo en la puerta del conductor de la furgoneta, aparcada en el madrileño barrio de Vallecas. Para no levantar sospechas, dejó otro tetrabrick en el parabrisas. La mezcla de clorato potásico, azúcares y azufre hizo explosión cuando el conductor intentó quitar el tetrabrick de la puerta, causándole graves daños en una mano y heridas de metralla.

Según ha declarado probado la justicia, la colocación de este explosivo casero respondió a una vengaza causada por "un resentimiento por un asunto fiscal". El dueño de la furgoneta era un antiguo socio con el que años antes había tenido un conflicto legal: durante un tiempo habían establecido un sistema de facturas falsas, y el condenado salió peor parado que la víctima cuando la Agencia Tributaria tuvo conocimiento del asunto.

Tres años después, la víctima empezó a sospechar que la explosión podría haber sido cosa de su antiguo socio después de que se vieran y hablara de "un grupo de árabes que eran muy peligrosos y que habían dejado un trabajo sin realizar por el que habrían recibido dinero, exigiéndoles que lo culminaran o devolvieran el dinero recibido", refiriéndose al incidente que le costó varios dedos de la mano.

Ahora es el Tribunal Supremo quien le condena a siete años de cárcel por estos hechos, aumentando la pena que inicialmente le había puesto la Audiencia Provincial de Madrid: además de un delito de daños y otro de lesiones, entiende que hay que atribuirle otro de tenencia ilícita de explosivos, y mantiene que tendrá que pagar una indemnización de 288.105,09 euros a su víctima.

La explosión tuvo como resultado la amputación de varios dedos de la mano derecha de la víctima, además de un traumatismo abdominal y la necesidad de extraerle metralla del costado, el muslo y la mano, lo que ha derivado en una incapacidad permanente y total.

 
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