
Marruecos construye la cuarta valla en la frontera con Melilla
El partido nacionalista Istiqlal se ha comprometido a llevar la cuestión al Parlamento para conocer sus características e interesarse por el presupuesto

La cuarta valla que construye Marruecos junto a la frontera con Melilla. / CADENA SER
Aunque los vecinos y las asociaciones de derechos humanos de Nador sabían de esta obra desde hace tiempo, ha sido el ministro de Interior español, Jorge Fernández Díaz, quien dio la voz de alarma.
La cuarta valla entre Marruecos y Melilla se construye a la altura del barrio Rostrogordo en Nador. Las obras se esconden dentro de una zona militar en la carretera a Farjana. El acceso está restringido para los civiles, pero adentrándose en un bosque cercano se pueden ver de lejos el foso y los primeros trabajos. En las carreteras colindantes circulan camiones militares con material y maquinaría de construcción.
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Chakib al Jayari, presidente de la Asociación Rif de Derechos Humanos, describe la valla "con postes de los que sale una alambrada llena de cuchillas de cinco metros de ancho por tres de alto. Además a ras del suelo se colocará una alfombra de rollos de cuchillas".
Aunque los vecinos y las asociaciones de derechos humanos de Nador sabían de esta obra desde hace tiempo, ha sido el ministro de Interior español, Jorge Fernández Díaz, quien dio la voz de alarma. Sus declaraciones, la semana pasada sobre las buenas relaciones entre España y Marruecos, y la construcción de una nueva valla entre ambos países, confirmaron lo que venían denunciando las asociaciones de la región.
Los subsaharianos que acampan en el Monte Gurugú esperando la oportunidad para cruzar a España desconocen este nuevo obstáculo que van a tener que librar para vivir en Europa. Stephan Mzinkeu tiene 26 años, vive en el bosque desde hace tres años, ha intentado entrar en España por Ceuta y Melilla, en siete ocasiones lo consiguió pero fue devuelto a Marruecos. Este mecánico en Niger seguirá intentando pasar a España para "tener un mejor vida". Las cuchillas no le asustan, "la valla actual también tiene cuchillas. Además la alambrada y las cuchillas no son lo peor, lo siguiente es la policía marroquí, que nos pega, nos dan golpes en la cabeza, nos rompen los pies, y eso son los marroquíes", explica mientras devora unas magdalenas con leche en la parte trasera del coche en un lugar seguro. Stephan, igual que el resto de sus amigos de Mali, Senegal, Guinea, Camerún y Nigeria, seguirá intentando entrar a Europa.
Las autoridades marroquíes no han hecho declaraciones sobre las obras de la valla y la prensa francesa en Marruecos no publica nada al respecto, solamente dos periódicos electrónicos recogen lo dicho por Fernández Díaz. Sin embargo, el partido nacionalista Istiqlal se ha comprometido a llevar la cuestión al Parlamento para conocer sus características e interesarse por el presupuesto. Para Al Jayari, "el Estado marroquí tiene dos líneas diferentes de actuación sobre el tema de la inmigración, por un lado los que respetan los derechos humanos dentro del Estado y quienes dicen: 'No, el dinero de la Unión Europea'".
