
Mejillones rellenos

Cuando era niño los mejillones no eran un producto de mi agrado. Mis hermanos se relamían frente a una cazuela de mejillones recubiertos de tomate ligeramente picante, pero yo sólo veía bichos con pelos. Por el contrario, me fascinaban los mejillones rellenos que preparaba mi madre. Aquí os propongo una interpretación más de tapeo. Esta receta aparece en el libro ‘Las recetas de mi casa’ (Destino, 2013).
Ingredientes
- 2 kg de mejillones
- 1 copa de vino blanco (opcional)
- 150 g de sofrito básico de ajos, puerro y cebolleta
- 1/2 bote de salsa de tomate
- Guindilla (opcional)
- Harina (para empanar) + 60 g de harina (para freír)
- Huevo (para empanar)
- Pan rallado (para empanar)
- Aceite de oliva (para freír)
- 60 g de mantequilla
- 1/2 l de leche
- Sal
Elaboración
- Limpiar los mejillones raspando las impurezas de la concha con una puntilla vieja o con el revés del filo de un cuchillo.
- Quitar las barbas, pasar por agua e introducir en una cazuela ancha con la copa de vino blanco o agua.
- Tapar y poner a fuego fuerte, removiendo de vez en cuando, hasta que se abran. Si alguno queda cerrado, debemos descartarlo por si acaso.
- Dejar entibiar y retirar de las conchas, reservando las más grandes y bonitas.
- Pasar el caldo resultante de la cocción por un papel de cocina o un paño de hilo limpio apoyado sobre un
- colador para quitar todas las impurezas.
- Picar la carne de los mejillones y mezclarla en un cazo con el sofrito básico, la salsa de tomate y la guindilla picada.
- Cocer varios minutos, agregar una taza del caldo de los mejillones y dejar reducir hasta que se haya consumido totalmente.
- Rectificar el punto de sal, retirar del fuego y elaborar la bechamel mientras se enfría.
- Calentar la leche. En un cazo, deshacer la mantequilla a fuego suave, incorporar la harina y mezclar bien, dejando cocer unos minutos.
- Añadir la leche caliente y mezclar hasta que no queden grumos.
- Hervir a fuego bajo durante varios minutos hasta obtener una bechamel untuosa y suave.
- Sazonar y repartir el relleno entre las conchas de los mejillones, llegando casi al ras.
- Tapar el relleno con la bechamel y dejar entibiar. Introducirlas en el frigorífico hasta que se enfríen totalmente.
- En el momento de consumir, empanar, pasando por harina, huevo y pan rallado, y freír en abundante aceite muy caliente.
- Escurrir sobre papel absorbente y servir calientes.

