
Rajoy da por cerrada la crisis
Tras la dimisión de Gallardón, fuentes del Gobierno aseguran que están "tranquilos", que se ha hecho el cambio de "manera inmediata" y que se ha despejado "cualquier incertidumbre". Están convencidos de que se ha adoptado "la mejor decisión, la que menos divide a la sociedad"

Mariano Rajoy, junto al primer ministro Chino, Li Keqiang, a su llegada al aeropuerto de Shanghái / EFE/ DIEGO CRESPO
El jefe del Ejecutivo viaja a China, después de haber enterrado la justicia universal, en una semana crucial para la política española. Pendiente de los pasos de Artur Mas para recurrir ante el Constitucional. También le pilla fuera la comparecencia de Jordi Pujol en el Parlament y el proyecto de Presupuestos que saldrá del próximo Consejo de Ministros.
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No hay mayor desprecio que no hacer aprecio. Y este miércoles Mariano Rajoy no ha tenido ni una sola palabra para Alberto Ruiz Gallardón. Al menos, podía haber agradecido los servicios de su exministro de Justicia. Pero al aterrizar en China, a las seis y media de la tarde, ya de noche, el presidente del Gobierno ha preferido no hacer declaraciones. Sus colaboradores dicen que estaban cansados, porque habían ido preparando la visita y no habían dormido apenas.
Tras la dimisión, fuentes del Gobierno aseguran que están "tranquilos", que se ha hecho el cambio de "manera inmediata" y que se ha despejado "cualquier incertidumbre". Y para rematar se muestran convencidos de que se ha adoptado "la mejor decisión, la que menos divide a la sociedad". Comentan que, a partir de ahora, habrá que desarrollar las iniciativas de apoyo a la familia que anunció Rajoy y que, a su juicio, suscitan "un gran consenso". Con ello se da por cerrada la crisis.
En cuanto a Cataluña, en la Moncloa siguen pendientes de los pasos de Artur Mas para recurrir ante el Constitucional. El jefe del Ejecutivo ha hecho las maletas en una semana crucial para la política española. También le pilla fuera la comparecencia de Jordi Pujol en el Parlament y el proyecto de Presupuestos que saldrá del próximo Consejo de Ministros.
El Gobierno tiene los recursos preparados y los presentará ante el Constitucional de inmediato. Si es necesario, se convocará un Consejo de Ministros extraordinario, con Soraya Sáenz de Santamaría al frente. Algunos en el PP dicen que Rajoy quiere hacer ver así que él sigue con su agenda, con toda normalidad. Aunque para algunos populares es un momento muy delicado para que él no esté presente.
Este viaje tiene un marcado carácter económico. Rajoy tiene previsto reunirse con empresarios en Shanghái y Pekín, además de con los mandatarios asiáticos. En la nota de prensa, que ha enviado la Moncloa a los medios de comunicación, se asegura que, en estos momentos, "las relaciones bilaterales, entre ambos países, tanto políticas como económicas se desarrollan con gran fluidez".
La reconciliación se produce ahora, después de que el Gobierno español enterrara la justicia universal. Hace unos meses la situación era completamente distinta. La Audiencia Nacional dictó órdenes internacionales de detención contra el expresidente de China Jiang Zemin y otros cuatro excargos por el genocidio del Tíbet.
Entonces China consideró "errónea" la decisión de los jueces españoles y lanzó una advertencia a España. Esta se tradujo en una reforma exprés de la ley, que impulsó precisamente Gallardón.
En el Congreso salió adelante con los votos del PP y UPN, además de la denuncia de los grupos de la oposición por "la vergüenza" de ley que convertía la justicia universal en "sorda, ciega y muda". Pero no fue hasta que se archivó la investigación, cuando el régimen asiático dio luz verde al viaje.
El presidente del Gobierno quiere mejorar las inversiones del gigante asiático en España. En su agenda numerosas reuniones. Pero también alguna visita turística a la Ciudad Prohibida y a la Gran Muralla. Además, de una reunión cultural en el Instituto Cervantes y un encuentro con los periodistas.
Las relaciones entre España y China están en horas bajas
