Cine y TV
ENTREVISTA

Antonio Velázquez: "A nivel de tapas, ni de coña es Madrid como Granada"

Entrevista con Antonio Velázquez, protagonista de 'Hermanos', miniserie de Telecinco que este martes llega a su fin.

Antonio Velázquez da vida a Juan en la miniserie 'Hermanos', de TelecincoMediaset

¡Qué serio es Antonio Velázquez de inicio! Seriedad, timidez... una mezcla quizá. Muy correcto en la respuesta de las preguntas, escondiendo acentos. ¿Pero dónde está ese chico de pueblo granadino? Tan sencillo como mencionarle su tierra para que aparezca ese andaluz que lleva dentro. "¿Que qué me gusta de mi tierra? Todo", responde a la pregunta. No deja de mirar con el rabillo del ojo su casa, su pueblo, su Granada... aunque deba permanecer aquí en Madrid donde poco a poco se va labrando una trabajada y provechosa carrera como actor adquiriendo cada vez más peso en los proyectos en los que participa. Esta noche, llega a su final uno de ellos: 'Hermanos' (Telecinco, 22:40h).

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Cita a Hamlet en una parte de la entrevista. A Antonio Velázquez también le ha tocado subirse sobre un escenario, como a la mayoría que quiere ser actor y lo quiere ser por encima de esfuerzos y dificultades. Subido sobre un escenario y sujetando una bandeja en una bar de comidas. También ha desempeñado el rol de camarero, lo que sea por seguir adelante.

Aunque su carrera como actor ya había dado comienzo, muchos espectadores le recordarán por su personaje en 'Sin tetas no hay paraíso', donde interpretaba a un futbolista de éxito obligado a retirarse por una lesión cardiaca. Después llegaría 'Tierra de Lobos' y otros tantos proyectos y, entre ellos, una plausible miniserie que protagoniza junto a María Valverde y Álvaro Cervantes: 'Hermanos'.

Estrenada hace poco más de un mes, esta ficción de seis episodios llega a su fin este martes con unos datos de audiencia un tanto fríos (una media de 2,4 millones de espectadores y en torno a los 14 puntos de share). Más allá del resultado de este último episodio, en Antonio se aprecia el agradecimiento a la gente que se ha mantenido fiel a la serie y el agradecimiento a la vida por haber formado parte de un proyecto como este que le ha permitido crecer.

¿Cómo afrontas el final de 'Hermanos'?

Pues con pena de que se terminen estos seis platos [ríe]; pero por otro lado, muy feliz con el recibimiento del público. Yo creo que la serie le ha gustado muchísimo a la gente.

¿Esperabas un mayor seguimiento, mayor audiencia?

Bueno, cuando haces un producto esperas que llegue a todo el público, pero bueno, tenemos casi 2,5 millones de espectadores que está muy bien.

Quizá el hecho de que no hay conquistado a más público tiene que ver con que es una serie cruda en la resolución de sus tramas, que ha perdido la inocencia... No es la típica serie en la que todo va saliendo bien o mal porque sí...

No estamos frente a una serie en la que todo es rosa. 'Hermanos' tiene un punto complicado. Es una serie que te deja reflexionando. Como decía Hamlet: como si de un espejo a la humanidad se tratase, mostrar a la virtud sus propios rasgos y al vicio su propia imagen. 'Hermanos' tiene ese punto, te abre las carnes a nivel emocional.

¿Te ha hecho pensar tu personaje, Juan, más allá de lo que ponía el guion?

Juan es un personaje muy de andar por calle. Hay muchos "juanes" en la vida. Es un personaje en el que se ha podido ver reflejada mucha gente. La vida lo ha ido situando en su camino, sin tener nada claro a qué dedicarse, qué hacer y qué lugar ocupar en este mundo. Hay mucha gente así.

Y tú, ¿sabías lo que querías o la vida te situó de actor?

Fue el destino, un poco, también. No sé si tú tenías claro con 14 o 15 años qué hacer en la vida. De adolescentes estamos un poco perdidos... y yo esto me lo encontré por le camino.

Imagino que este camino que encontraste en la interpretación, con el paso de los años lo valorarás como una decisión acertada ¿no?

Evidentemente sí, por supuesto. Pero en el momento en el que se me puso en el camino, no tenía nada claro lo de ser actor. Me lo encontré y hasta el día de hoy ha sido un trabajo de tiempo y esfuerzo que ha hecho que estemos aquí hoy.

¿Qué es lo que tú te llevas para ti de tu experiencia como actor?

Supongo que el reescubrirse como persona. Esta profesión tiene algo que es como un doble juego. Cada personaje tiene un punto de descubrimiento y redescubrimiento del artista. Es un aprendizaje y en cada ejercicio , aunque pongas toda la carne en el asador, cuando empieces con otro nuevo proyecto re-aprendes lo del anterior. No es matemático lo artístico.

Y cada vez que cumples años, también maduras como actor. Tienes más vivencias y más experiencias y eso también se nota en tu trabajo.

¿Notaste que habías crecido tras los dos o tres meses del rodaje de 'Hermanos'?

Está mal decirlo de uno mismo [dice vergonzoso], pero de alguna manera sí. Tras los ensayos, tras enfrentarte a un guion tan minucioso como el de 'Hermanos' y tras trabajar los momentos emocionales tan delicados por los que pasa el personaje (trabajamos con coaches)... para mí fue un momento muy bonito tener que enfrentarme al primer capítulo y volver a los 19 años. Es una energía que la conozco, porque la he vivido, pero como Antonio me queda muy lejos...

Después de enfrentarme a un trabajo así, es evidente que tienes un crecimiento.

Una cosa que sí vive Juan la has vivido tú también: tener que dejar tu casa e ir en busca de tu futuro a otro lugar. Él lo hace huyendo, se va a Vigo; tú te tuviste que hacer ese viaje Granada-Madrid para prosperar como actor... ¿Cómo lo viviste?

El primer movimiento fue salir de mi pueblo, Pinos del Valle, a Granada capital que para mí ya fue un mundo [ríe]. Hoy en día hay una autovía que los une en menos de 20 minutos, antes por la comarcal...

Recuerdo que cuando Benjamín (mi mejor amigo que estudió arquitectura) y yo salimos del pueblo, parecíamos marcianos. No éramos los primeros de poder salir de allí, pero teníamos la suerte de poder hacerlo cuando no todo el mundo la tiene.

De mi llegada a Madrid recuerdo el esfuerzo, tenía tres trabajos: estaba en un restaurante dando menús a mediodía, luego me iba al Teatro Real a ensayar haciendo figuración y, por la noche, trabaja en un pub... Al final se trata de luchar por un sueño que era estudiar interpretación y poder estar aquí. No es fácil, la verdad.

¿Qué te gusta de tu tierra?

¿Que qué me gusta de mi tierra? Todo, la verdad [tajante]. En un principio, cuando era más niño, era como que huía de mi tierra, iba buscando el bullicio de la ciudad [ríe]. Esta cosa de rascacielos... El primer día que llegué a la Gran Vía de Madrid fue como cuando luego llegué a Nueva York por primera vez, esa cosa impactante que tiene la ciudad.

Hoy en día, voy buscando de lo que huía hace años: mi pueblo, el campo, la tierra... Hay algo cíclico...

Descubriste que en Gran Vía no hay ningún bar que ponga una tapa en condiciones...

No, la verdad que no hay ninguno. Madrid, si algo tiene, es que es una ciudad muy cosmopolita. Desde el primer día que llegué me sentí muy bien acogido y arropado.

A nivel de tapas, evidentemente, no es Granada... ni de coña. Cómo se come en Granada, cómo se vive en Granada... Tiene algo mágico. En general el Sur.

Lo de las tapas en Granada, que es una ciudad muy universitaria, ha despertado una cosa con el mundo de la tapa que no sé si saldrá muy rentable a los bares porque con dos cervezas te vas y cenas [ríe]

¿Has podido ver algo de 'Los nuestros'? Otro proyecto de ficción de Telecinco en el que participas...

He visto algo en montaje al ir a doblar. Tuvimos muchísimos problemas con viento, tuvimos una tormenta de arena en el primer capítulo... y hemos tenido que doblar mucho texto. Y eso es lo que he podido ver en montaje un poco por encima.

Después de cuatro trabajos con Salva [Salvador Calvo, director de 'Hermanos' y 'Los nuestros'] ya hay una amistad, de la que a veces abuso y le pido que me enseñe alguna secuencia...

¿Qué tal es lo que has visto?

Hay que verlo en conjunto, no he visto ni con músicas... Lo que he visto tiene una pinta increíble.

No sé si fue Álvaro Cervantes el que subió una foto de un abrazo que os disteis en un bar cuando andabais metidos en este proyecto de 'Hermanos', hace más de año y medio. Es una imagen de un abrazo sincero... ¿qué recuerdas de ese momento?

Lo recuerdo como si fuera ayer. Para mí, ese abrazo fue como esa energía y esa cosa de hermandad. Mucha gente se reía porque Álvaro y yo no nos parecemos nada físicamente. Hay muchos hermanos que no se parecen nada, pero conseguimos una energía con la que, a día de hoy, nadie pone en duda que esos dos personajes -Juan y Alberto- sean hermanos. Creo que eso ha traspasado la pantalla. Ese abrazo fue la fusión de que dos personajes hacen uno.

 
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