10 lugares abandonados (que se pueden visitar)

Bizarros, inhóspitos, extraños, enigmáticos, tristes, lánguidos, lugares que vivieron épocas gloriosas y ahora han caído en el más absoluto de los ostracismos. Lo tuvieron todo en tiempos, pero poco queda ya de todo aquello salvo el atractivo que supone visitarlos, observarlos, y sentarse e imaginar la grandeza que un día tuvieron. Os invitamos a conocer diez lugares abandonados que si no conservan el esplendor del pasado, aún retienen la magia que los hizo únicos.

Los JJ.OO. de invierno de Sarajevo 84 constituyeron el acontecimiento deportivo más importante en la historia de la antigua Yugoslavia. Era la primera vez que una competición de ese nivel se celebraba en un país del bloque socialista y los Juegos supusieron un éxito enorme, participando 1.272 atletas de 49 países diferentes. Desde entonces, han pasado casi 30 años y una cruenta guerra de por medio que afectó especialmente a Sarajevo. Sin embargo, aún quedan en pie –aunque abandonadas- parte de las instalaciones que se utilizaron para el evento. En la cercana montaña de Trebevi?, al sureste de la capital bosnia, se pueden visitar los toboganes de bobsleigh y luge; mientras que en el monte Ingman, justo al suroeste de Sarajevo se encuentran los saltos de esquí y algunas de las pistas donde se practicaron varias pruebas de esquí de fondo. El podio, y algunos (ahora tétricos) hoteles de la época también son visitables.

En 1950 el buzo italiano Dario Gonzatti muere durante una inmersión. Apenado por su muerte, su fiel amigo Duiliio Marcante tiene la brillante idea de colocar en su honor una estatua de Cristo en el fondo del mar. Esta es la historia del llamado Cristo de los Abismos, sumergido a unos 15 metros en la bahía de San Fruttuoso, en el Mar de Liguria, entre Portofino y Camogli. La imagen de Jesucristo con los brazos en alto en señal de paz es enigmática, sugerente y realmente bella.

En uno de los picos más inhóspitos de la Cordillera Búlgara –el Buzludzha (1.441 metros)- se alza una enorme y fría estructura de hormigón con forma de platillo volante que el gobierno comunista búlgaro erigió en 1981 como lugar de encuentro para sus reuniones más secretas. A pesar de su excesivo coste –más de 10 millones de dólares de la época- cayó en el ostracismo a la vez que se desplomaba el comunismo en el mundo. El mural desvencijado con el martillo y la hoz que decora su techo es el mejor reflejo para hacerse una idea de lo que fue en su momento y de lo que es hoy: un lugar bizarro que de vez en cuando recibe la visita de algunos turistas y curiosos.

En las montañas Sahyadri, la gran cordillera que recorre todo la parte occidental de la India, se localizan una serie de fuertes únicos en el planeta que resultan difíciles de concebir incluso para el mundo del celuloide. Uno de las más espectaculares es el Kalavanti Durg (“Fuerte Kalavanti”), erigido en lo alto de un pináculo de roca de unos 700 metros de altura, es accesible a través de una interminable escalinata escarbada en la roca no exenta de peligro. Este trekking parte de la pequeña aldea de Machiprabal, siendo la ciudad de Panvel la población cercana de mayor importancia.

Si existe en el mundo un pueblo abandonado, bien conservado, y que recree a la perfección la historia de los buscadores de oro californianos, ese es Bodie. Situado en la parte central de California, a escasos kilómetros del Mono Lake, cuenta con una historia muy interesante. La ciudad se levantó hacia 1860 a partir del descubrimiento de una veta de oro. En pocos años su población alcanzó los 5.000 habitantes, se abrieron salones, bares, burdeles, escuelas e incluso se crearon varios periódicos.

En 1957, en plena Guerra Fría, se comenzó la construcción de una gran base secreta para almacenar submarinos en las aguas del Mar Negro. El lugar elegido para su construcción fue Balaklava, una pequeña población costera muy próxima a Sevastopol, en el extremo sur de la península de Crimea. Esta base podía albergar hasta 14 submarinos en su muelle y estaba totalmente blindada y escondida bajo las faldas de una pequeña montaña. Se decía que podía resistir hasta un ataque atómico y que en su interior podían sobrevivir a salvo durante un mes cerca de 3.000 personas. Funcionó con éxito durante décadas, pero con la caída del comunismo comenzó su desmantelamiento siendo abandonada en 1996. En el año 2003 las autoridades decidieron abrir en este lugar un Museo Naval, siendo posible visitar las tripas de esta imponente estructura acorazada.

A escasos 12 kilómetros de la ciudad costera de Lüderitz, en el sur de Namibia, se localiza Kolmanskop, una ciudad minera fantasma abandonada por los alemanes a comienzos del siglo XX. Su historia fue breve, se creó en 1908 - siendo Namibia colonia alemana - debido a la gran abundancia de diamantes que se podían encontrar en la zona. Sin embargo, su población se marchó pasados unos años al encontrarse mayor abundancia de diamantes en Oranjemuden, una ciudad a escasos 200 kilómetros, dejando tras de sí un conjunto de mansiones de estilo centroeuropeo, escuelas, salones de baile, iglesias, etc., que quedaron abandonadas a su suerte y con el tiempo fueron devoradas por el imparable avance de las arenas del desierto. Actualmente el gobierno está tratando de rehabilitar Kolmanskop para atraer a más turistas.

En 1970 el gobierno soviético crea una ciudad de la nada a pocos kilómetros de la central nuclear de Chernobyl con el firme propósito de dar cobijo a los trabajadores de la central y a sus familiares. El 26 de abril de 1986 sucede el peor desastre de la historia de la energía nuclear al producirse la explosión del reactor número 4 de la central soviética, la tragedia es de dimensiones colosales y la ciudad es abandonada automáticamente. Prypiat pasa de ser una ciudad próspera, que en solo 16 años ya alcanzaba los 40.000 habitantes, a convertirse en lo que es hoy, la mejor metáfora para expresar el ascenso y posterior caída del comunismo.

Bajo las bulliciosas calles de Manhattan, en pleno Financial District, descansa intacto y congelado en el tiempo uno de los mayores tesoros de la ciudad: la City Hall Subway Station. Esta joya del transporte neoyorquino se inauguró en 1904 con un diseño arquitectónico elegante y personal, compuesto por un entramado abovedado cubierto de azulejos guastavinos, coloridos cristales e incluso candelabros. En 1945 la estación de metro dejó de funcionar y permaneció cerrada hasta la conmemoración de su centenario, fue entonces cuando, gracias a las fotos de Fred Guenther, muchos neoyorquinos supieron de la bella reliquia que se escondía bajo el asfalto de la ciudad que nunca duerme.

Ostrava, el motor industrial en el extremo oriental de la República Checa, ha visto cerrar las puertas de minas y fábricas en sus últimos años. Hoy son varios los lugares abandonados que se pueden visitar en la ciudad y que están dentro de la Ruta del Patrimonio Industrial en Europa. Las Minas du Michal o Vitkovice, una de las fábricas siderúrgicas más grandes del mundo, son un paraíso para quienes gustan de fotografiar esta clase de rincones que parecen ser el decorado de una película con cierto halo de futurismo decadente.

No desaproveches tus días de descanso y anímate a descubrir los rincones del mundo más alucinantes y sorprendentes. Disfruta ya de esas vacaciones con las que sueñas. ¡A qué esperas!