La croqueta contraataca
Las croquetas dulces, con sabores como el turrón de Jijona, los Lacasitos, la leche frita o la torrija, ganan presencia en la XXX edicón del Salón de Gourmets

Croquetas de Lacasitos de la firma Creoquete (Salón de Gourmets). / C. G. CANO

Madrid
Esto es una organizadora de eventos, una vendedora de prótesis y un exportador de metal que quedan para cenar y se ponen a hablar de croquetas. No es un chiste, sino el origen de una empresa que, con menos de un año de vida, fabrica 60.000 croquetas diarias, está en vías de abrir su quinta tienda en España y da empleo a nueve personas.
Creoquete se ha presentado en el Salón de Gourmets con 18 variedades de croquetas y un stand de reducidas dimensiones, pero mucho desparpajo. "La más vendidas, con diferencia, son las de rabo de toro guisado al vino dulce y las de langostinos en salsa verde", comenta Xana Matey. "Típica, típica, solo tenemos la de jamón", confiesa.
El nombre de la empresa, además de evocar de inmediato a qué se dedica, también da mucho juego: "Creoquete encantan nuestras croquetas. Creoquete estás enganchando. Creoquete gusta la variedad".

Croquetas Creoquete (Salón de Gourmets). / C. G. CANO

Croquetas Creoquete (Salón de Gourmets). / C. G. CANO
Una de las croquetas más llamativas del puesto es la de morcilla de Burgos, rebozada con una especie de arroz inflado que, una vez frito, resulta tan crujiente como la piel de una morcilla de verdad. Pero nada supera a las variedades dulces: tarta de queso y fresas (la única que se come fría), Nutella, arroz con leche y Lacasitos (con chocolate blanco y lacasitos por dentro, y con colorantes naturales por fuera).
"Al principio se introdujo como algo novedoso que no existía en el mercado, pero suelen ir de postre con helado y están teniendo mucha aceptación tanto en cáterings como en restaurantes", explica Matey.
La croqueta, en contra de lo que muchos españoles creen, no es un invento ibérico sino francés. La referencia más antigua, de hecho, corresponde al cocinero del rey Luis XIV. Laura Conde lo explica en su libro La felicidad en una croqueta, donde también aparecen varias recetas y muchas reseñas de templos croqueteros catalanes.

Croquetas de chocolate y naranja confitada (Salón de Gourmets). / C. G. CANO

Croquetas de chocolate y naranja confitada (Salón de Gourmets). / C. G. CANO
Pero el tiempo no va en contra de su popularidad, ¡al contrario! Quizá se hacen menos en casa, pero se compran más hechas o se consumen en los bares. Y las croquetas dulces, además, parecen ir ganando peso. En el food truck granadino Olé mis croquetas, también presente estos días en IFEMA, las tienen —y muy conseguidas— de torrija, por ejemplo.
El caso de la empresa catalana Coc & Delicatessen no es muy distinto porque, aunque su croqueta más vendida es la de hongos y foie, aseguran que la de chocolate y naranja confitada también está triunfando y que, curiosamente, en Holanda gusta mucho la de leche frita con limón. Al Salón de Gourmets han acudido, además, con su novedad navideña: la corqueta de turrón de Jijona.
¿Todo es croqueteable? "¡Absolutamente! Sobre todo en manos de mi marido", responde entre risas Imma Pardos. Y es que Coc & Delicatessen elabora 39 variedades: pollo, jamón, bacalao, rape con gambas, chorizo, liebre a la royal... En total, cerca de 15.000 diarias y todas a mano. ¿El secreto? "Buena materia prima y mucha pasión".

Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...