Italia manda a España a casa

Madrid

España dice adiós a la Eurocopa 2016 con su derrota en octavos de final ante Italia. La Roja cayó víctima del dominio italiano y de una crisis de identidad que el equipo de Del Bosque sufrió sobre todo en la primera mitad. Dominaron los italianos y llegaron más. No se mimó el balón, no se desbordó, no hubo dominio. Y esos pecados, ante los italianos, llevan a cualquiera al Infierno.

El once español fue el mismo que el de toda la Eurocopa pese al tropiezo en el último partido de la fase de grupos ante Croacia. Los nombres se repitieron, pero España no encontró su estilo en ningún momento.

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No hubo posesión de balón, no hubo balones filtrados de Iniesta y Silva, no hubo seguridad en los centrales. Solo David de Gea brilló. Es verdad que por obligación, porque los italianos estuvieron llegando a su portería durante todo el partido.

La primera gran parada del madrileño llegó tras un remate de Pellé. De Gea lo desvió con su mano izquierda en un gesto providencial. El dominio italiano continuó y Giaccherini pudo abrir el marcador con una chilena. El balón lo tocó De Gea y se marchó después al palo con Gerard Piqué mirando la bola en la línea de gol.

España no estaba, aunque todo el mundo le esperaba. Muy gris todo el equipo. Totalmente irreconocible. No fue capaz de hacerse con el balón, que estuvo más tiempo en los pies de Parolo que en el de Andrés Iniesta, con lo que eso supone para el juego del equipo de Del Bosque.

De hecho, en la primera mitad el partido se jugó casi siempre en el marco de España y con los italianos amenazando seriamente a David de Gea. Por eso no sorprendió a nadie el tanto de Chiellini cuando el partido acababa de cumplir la media hora de juego.

Se produjo en un lanzamiento de falta de Eder que tapó el guardameta español. Los delanteros italianos ganaron la partida. Giaccherini tocó la pelota, que llegó hasta la posición de Chiellini para trasladar al marcador lo que estaba sucediendo en el campo, es decir, el dominio de la Azzurra.

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No despertó España, que siguió sin encontrar el balón. Por eso Del Bosque metió un cambio en el descanso. Se marchó Nolito para que entrara Aduriz. Había que buscar la energía y, sobre todo, el remate del ariete del Athletic.

Ganó empuje el equipo español en la segunda mitad. No hubo tikitaca, pero sí una entrega que poco a poco acercó al equipo de Del Bosque a la portería de Buffon.

Lo intentó Morata de cabeza, luego Cesc con un disparo lejano, también Aduriz en uno de sus remates característicos después de un centro de Juanfran en el que se hizo daño al caer sobre el terreno de juego... Nadie podría reprochar a La Roja que no lo estuviera intentando.

El siguiente movimiento del técnico español fue meter a Lucas Vázquez en el lugar de Álvaro Morata. Aportó mucho el joven jugador del Real Madrid. En una de sus intervenciones puso un balón en la frontal del área a Iniesta, cuyo disparo obligó a dar el máximo a Buffon. El veterano portero también tuvo que estirarse en otro disparo a renglón seguido de Piqué.

El asedio fue total a falta de menos de un cuarto de hora. España estaba obligada a darlo todo para no volverse a casa. Tuvo que hacerlo sin Aduriz, que se marchó del campo lesionado. Solo estuvo 35 minutos n el campo. Su puesto lo ocupó Pedro. El canario tuvo su ocasión a falta de dos minutos para el 90. Le llegó la bola fuera del área y enganchó un disparo que se fue por encima del marco italiano.

Pique tuvo la última en boca de gol. Mano a mano con Buffon en la que el portero se llevó la mejor parte. Parada que vale un pase a cuartos de final. No era el día de España y Pellé se encargó de certificarlo ya en el descuento con el segundo tanto del partido.

España se va de la Eurocopa -torneo que había ganado en sus dos últimas ediciones- con cierta impotencia, sin haber dado todo lo que se esperaba de ella, que es mucho. Las dos derrotas duelen, sobre todo esta que supone la eliminación, y tienen sabor a un claro fin de ciclo.