Guindos confiesa que "las balas" del PP le "silbaron muy cerca" por el escándalo de las tarjetas black de Caja Madrid
El ministro de Economía en funciones publica el libro 'España amenazada'
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El ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos. / Chema Moya EFE
Madrid
La historia de tensión de Luis de Guindos con las instituciones comunitarias viene de lejos. En su libro, España amenazada, el ministro relata que en un momento clave, el 9 de junio del 2012, cuando ultimaba con sus colegas europeos el rescate a la banca española, estuvo a punto de levantarse de la mesa de negociación.
Los finlandeses y holandeses presionaban para poder tutelar más la economía española y "ahí me planté", dice el ministro, y amenazó con pedir medio billón de euros para rescatar al país en lugar de los 100.000 que se pidieron para salvar solo a las entidades financieras.
Según De Guindos, el invocar ese fantasma, el de que rescatar una economía grande como la española podía hundir al euro, sirvió para librarnos del control de la troika. Por cierto, en esos momentos tan críticos Rajoy le mandó uno de sus sms de ánimo: "España es un gran país", le mensajeó el presidente. Aunque con una prima de riesgo en 650 puntos el "gran país" estuvo al borde del rescate a la griega durante todo el verano.
De Guindos se detiene en su libro en otra reunión muy tensa: es mayo del 2012 , Bankia ha pasado de ser la protagonista de la mayor fusión de España y de la mayor salida a Bolsa del año a ser el mayor agujero negro de la banca española y los dos grandes del sector en ese momento, Francisco González y Emilio Botín se lo reprochan con dureza a Rodrigo Rato en el despacho del ministro. Ante la nacionalización inminente de Bankia, De Guindos cuenta que Rato no supo irse: primero amagó con dimitir pero luego buscó salvar la cara y hubo que enseñarle la puerta.
La sombra de Rato es muy alargada para De Guindos, que dos años después todavía sintió el fuego amigo del PP ( "las balas me silbaron muy cerca", dice ) cuando remitió a la Fiscalía el escándalo de las tarjetas black de Caja Madrid que afectaba, entre otros, a su exjefe Rodrigo Rato.
Y tensión también en ese primer año de gobierno cuando los responsables de la Generalitat de Cataluña adviertieron al ministro de que a lo mejor dejaban de pagar a los mercados porque necesitaban el dinero que les mandaba el Estado para pagar a los farmacéuticos. Lo contrario sería abonar el independentismo, le dijo el propio Gobierno de Convergencia a De Guindos hace solo cuatro años.
Estos y otros detalles del nefasto 2012 los cuenta el ministro en funciones en un libro prologado por Mariano Rajoy y que sólo incluye el nombre de un compañero de gobierno en el capítulo de agradecimientos: el de José Manuel Soria.