Aumentan los cargos en el PP que no quieren a Aznar en el Congreso Nacional

Madrid

La nota emitida por FAES no ha hecho ninguna gracia en Génova y La Moncloa. Son muchos los dirigentes conservadores que se confiesan "hartos de las lecciones de José María Aznar" y no comprenden "su ataque desmedido" contra la vicepresidenta del Gobierno.

Recuerdan que en la entrevista de la Cope se le preguntó a Soraya Sáenz de Santamaría si había sido "un error" recoger firmas en 2006 contra el Estatut y que ella lo que lamentó fue que PP y PSOE no hubiesen trabajado "previamente para llegar a un acuerdo" en lugar de "proceder unilateralmente unos y otros".

Pero en la macrofundación ideológica no gustaron estas palabras. Con ello, a su juicio, sólo se estaba cuestionando la estrategia mantenida con Cataluña durante estos últimos años. Además, consideran "todo un peligro" que se vayan perdiendo "los principios y valores del PP".

Las relaciones son cada vez más tensas y hay una fecha en el horizonte que preocupa mucho a los populares: 10, 11 y 12 de febrero. Será entonces cuando Mariano Rajoy celebre su Congreso Nacional. Lo habitual es que en este participe Aznar como presidente de honor del partido.

Lo hizo en el de Valencia en 2008 y también en el de Sevilla en 2012. A muchos militantes les parecería extraño que no fuera invitado pero, lo cierto, es que cada vez son más los dirigentes del PP que no quieren que vaya "para echar la bronca a todo el mundo".

Su presencia y discursos siempre han sido polémicos. Saben que si asiste será el protagonista. Más aún en una cita de la que no se espera nada nuevo: se da por hecho que María Dolores de Cospedal seguirá como secretaria general, que los vicesecretarios serán los mismos... "Lo mejor es que si va, no hable", llega a decir un miembro del Comité de Dirección dejando claro que la cúpula conservadora no tiene ningún interés en que eclipse su cónclave.

Además, tras las críticas de este miércoles, la situación ha empeorado. Aznar siempre tiene la agenda repleta de actos internacionales. Y, por eso mismo, más de un cargo conservador señala que "ahora haría bien en buscarse una excusa en forma de viaje". No quieren problemas y reconocen que para ellos el expresidente se ha convertido en una presencia incomoda.

Dentro del PP hay quien le tacha de "resentido". Pero también quien le defiende porque es "un histórico". En las bases le siguen teniendo en alta consideración. Comentan que si no va es como si a Manuel Fraga, estando vivo, le dieran un portazo. Sus amigos no dan crédito cuando oyen las críticas de algunos de los ministros que él nombró y lamentan que haya compañeros que apunten hacia su etapa para dirimir responsabilidades en el tema de la corrupción cuando Rajoy también estaba ya entonces en el partido.

De todos modos a partir de ahora la instrucción está clara: "Dejarle solo". No se le va a hacer mucho caso porque, como inciden en el PP, están "divorciados". Ocurrió en octubre. Fue entonces cuando Rajoy y Aznar se desvincularon por completo. Tanto, que hace unas semanas, el expresidente renovó su patronato para echar a todos los cargos populares en activo. Ya no hay vínculo. Algo que hoy precisamente ha recordado el vicesecretario de Organización, Fernando Martínez Maillo, señalando que "FAES ya no es el partido".

Mientras, Rajoy calla. No ha querido comentar nada sobre su antecesor en el cargo. Desde hace tiempo hay mucha distancia entre ellos. Y el presidente del Gobierno se ha apuntado a lo de "no hay mayor desprecio que no hacer aprecio". Por eso ha dado orden a los suyos de que no hagan "ruido" con este asunto, ni con los que vengan porque se da por hecho que habrá nuevas entregas.