Hungría colocará a refugiados en campamentos

Madrid

En Hungría la discriminación es evidente. Este martes el parlamento húngaro aprobó aumentar las medidas de seguridad en la frontera y alojará a los inmigrantes en campamentos a lo largo de esta. Hungría planea construir dos o tres campamentos en su frontera del sur donde los inmigrantes – la mayoría de Siria e Irak- tendrán que esperar hasta que se apruebe su petición, dijo el máximo responsable del gabinete del primer ministro Viktor Orban. Los migrantes que no vean aprobada de inmediato su solicitud, no se podrán mover libremente a lo largo del Hungría y tendrán que permanecer dentro de los campamentos añadió Lajos Kosa, el líder del partido conservador Fidesz.

Hungría ha sido el eje de la crisis de refugiados en Europa, la mayoría llegó escapando de la guerra que azota sus países. En 2015 miles de inmigrantes y solicitantes de asilo fueron acogidos por la Unión Europea, pero desde los atentados en Francia, Bélgica y Alemania las políticas en favor de inmigración han cambiado de manera radical. Hoy Hungría cuenta con alambres y concertinas a lo largo de su frontera donde apenas una veintena de personas se les permite entrar. Incluso la canciller alemana, Ángela Merkel, una de las principales defensoras de acogida de asilados, ha reconocido que el cierre de la llamada ruta de Balcanes, iniciada por Hungría, contuvo un flujo de llegadas masivas, que iban directamente en su mayoría a Alemania.

El primer ministro Viktor Orban, que llegó al poder con una retórica contra el totalitarismo comunista, es hoy el principal defensor del cierre de fronteras europeas. Este dirigente de tinte ultra conservador, busca blindar su país de la entrada de miles de migrantes y refugiados que huyen de sus países buscando lugares más seguros. Su centralización del poder político y económico, y su dura retórica contra los refugiados a quienes considera terroristas que se oponen a los “valores cristianos de Europa”, le han ganado una reputación de ser un dirigente autoritario. El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, en una cumbre, saludó a Orban “hola dictador”, en tono humorístico, una muestra de la clase de reputación que el dirigente húngaro se ha ganado dentro de la Unión Europea.