Murcia, ya tal...

Madrid

Mariano Rajoy calla. Ese fue un titular recurrente durante su primera legislatura, cuando el presidente del Gobierno rehuía a los medios de comunicación si le preguntaban por algún escándalo de corrupción. Y ayer, como en los viejos tiempos, este se repitió porque el jefe del Ejecutivo estuvo toda la mañana paseándose por el Congreso, haciéndose fotos y hablando mucho de Presupuestos... Pero de Murcia no dijo ni una sola una palabra.

La dimisión de Pedro Antonio Sánchez es un tema que deja en manos de su partido, donde el hartazgo con el partido de Albert Rivera es un hecho. Muchos populares están cansados de aguantar "sus chulerías y críticas". Pero, desde Génova tratan de calmar a los suyos. Les recuerdan que hay que "aguantar al socio preferente". "Es lo que hay", reconocen varios diputados populares.

Son 32 escaños para sacar adelante las cuentas generales del Estado. Rajoy se reunió ayer con UPN y Coalición Canaria para sellar su respaldo. En las próximas semanas también lo hará con PNV y el diputado de Nueva Canarias, Pedro Quevedo. Lo que no consideran ya necesario es que se vea con Ciudadanos. En el Grupo Popular señalan que la imagen en la que Luis de Guindos y Luis Garicano están tomando un café en un bar, basta para inmortalizar esa alianza.

A los conservadores les fastidia mucho que en Ciudadanos presuman de haberse cobrado la cabeza del presidente murciano. "La exhiben como si fuera un trofeo", lamentan. Y aseguran que llegará "su revancha" en las elecciones municipales y autonómicas de 2019.

En cualquier caso no es lo único que genera malestar en las filas populares. Llevan como una espina clavada la comisión de investigación sobre la supuesta 'caja b' del PP. Es verdad que prosperó de una mayoría alternativa pero fue Ciudadanos quien llevó la voz cantante. Eso sí, en el PP recuerdan que la formación naranja no siempre se ha salido con la suya. Señalan que no lograron recuperar el dinero de la amnistía fiscal y que tanto el tema de los aforamientos como el de la limitación de mandatos, se mantienen en el limbo.