Ciudadanos, ante la oportunidad definitiva de relevar al independentismo

Madrid

"Nacimos para este momento histórico", esa es la frase que más se repite en Ciudadanos desde que el Gobierno de Rajoy anunciara la convocatoria de elecciones en Cataluña. Doce años después de surgir como alternativa al nacionalismo y al malestar de una parte de la sociedad por la gestión de PSC y PP, la formación siente que está ante la oportunidad definitiva de relevar al independentismo al frente de la Generalitat. "Ahora o nunca", "nos jugamos nuestra razón de ser", reiteran en la Ejecutiva donde la directriz es que cada concejal, diputado o cargo orgánico de cada rincón de España se vuelque en esta campaña electoral.

Para Albert Rivera esta contienda es incluso más importante que las dos campañas de elecciones generales anteriores, en las que él era el candidato. Rivera, que dejó el Parlament para dar el salto al Congreso de los Diputados, se va a implicar en esta cita casi tanto como la propia Inés Arrimadas. Por ahora, la dirección ha confirmado su presencia en hasta 6 mítines , pero la idea es que acuda a todos los actos que su agenda le permita. Él mismo ha pedido tener un papel destacado aunque la idea que el comité quiere trasladar es que la aspirante a la Generalitat ya tiene la experiencia suficiente para asumir el poder.

Las expectativas son muy altas. El partido cree que los resultados tendrán un fuerte impacto nacional y que lo que pase el 21 de diciembre puede suponer un punto de inflexión en el futuro. Para los estrategas de Ciudadanos, Cataluña puede ser el ejemplo para el resto de España. Por eso, aspiran a que el primer "Gobierno naranja" se conforme en el Parlament. La Ejecutiva está convencida de que la gestión del desafío soberanista les puede acercar a la Moncloa. "Ningún otro partido saca tanta rentabilidad electoral de esta crisis en el resto de España como nosotros", asegura un miembro de la dirección.

La estrategia durante los 15 días de contienda se basará en intentar explicar las bondades de la aplicación del artículo 155. Esa será la principal baza electoral. "Gracias a eso los catalanes van a poder votar en unas elecciones con garantías", reiteran todos los portavoces. Rivera será el encargado de disputar con el PP los votos que puedan generarse de la intervención de la Generalitat. El partido quiere convencer de que si el Gobierno optó por el 155 fue por la presión de su líder.

Arrimadas sin embargo se centrará en confrontar con el PSC para intentar mantener el apoyo de la izquierda moderada no nacionalista, que en septiembre de 2015 les permitió obtener su mejor resultado y les convirtió en líderes de la oposición. El partido tratará de sembrar dudas sobre el compromiso de los socialistas con la unidad de España y la Constitución, recordará constantemente los pactos con Esquerra y los "titubeos" de Pedro Sánchez con la plurinacionalidad.

Sin embargo, en la estrategia del partido, tanto PP como PSC son aliados indispensables. Cualquier opción de llegar al Govern pasa como mínimo por un acuerdo con los candidatos de ambas formaciones. En ese sentido, el partido apela a los acuerdos alcanzados en otras comunidades tras las elecciones autonómicas de 2015. Si nosotros hicimos presidenta a Cristina Cifuentes o a Susana Díaz, ¿Por qué el PP o el PSOE se van a negar a apoyar a Inés Arrimadas? En cualquier caso la formación es consciente de la dificultad de lograr una mayoría de ese nivel en votos y escaños, por eso la principal batalla sigue siendo la de la movilización del voto no independentista.