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Narcotráfico

La nueva caída de Sito Miñanco

El narcotraficante gallego ha protagonizado una vida paralela al contrabando, el riesgo y la droga mientras quería ser benefactor de su gente

José Ramón Prado Bugallo, Sito Miñanco, cuando la policía le detuvo en 1997 en una operación llevada a cabo en Galicia / EFE

Madrid

José Ramón Prado -Cambados, 23 de septiembre de 1955- nació en una familia de marineros de origen humilde, que era conocida en Cambados como Os Miñanco.

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Abandonó pronto los estudios y empezó a ganarse la vida con el marisqueo furtivo. A principios de los años 1980 descubrió su afición por pilotar lanchas rápidas y, como piloto de planeadoras, entró en el contrabando de tabaco, a través de una de las tres organizaciones más fuertes del momento, la ROS S.L. (siglas de sus dirigentes y fundadores, Rafael Martínez Señorans, Olegario Falcón Piñeiro y Sito Prado), que pasó a ser una organización importante del "gremio", con más de cien empleados. El tabaco de contrabando “de batea” genero importantes ingresos en la compañía y solo tres años después fue detenido por una operación de tabaco rubio en la que se capturó a casi un centenar de vecinos de la ría de Arosa vinculados con el contrabando. Allí pasó seis meses en la prisión de Parda y después fue trasladado a la cárcel de Carabanchel (Madrid), donde estuvo recluido dos meses y fraguó sus primeros contactos con los carteles de la droga latinos, como Jorge Luis Ochoa, miembro del cartel de Medellín.

Al salir de la cárcel, Sito Miñanco valoró que los ingresos por la droga iban a ser más sustanciosos que los del tabaco y se introdujo en el mundo del narcotráfico, aunque continuó utilizando el tabaco como tapadera. En 1986 se estableció por su cuenta, motivo por el que bandas rivales supuestamente se vengaron quemándole tres lanchas que tenía atracadas en Viana do Castelo (Portugal).

El fútbol

Miñanco siempre quiso ser benefactor de su gente, eso dicen al menos los que trabajaban para él, y decidió invertir en el equipo de fútbol de su ciudad, donde destacó como jugador de fútbol juvenil, el Juventud Cambados, que en ese tiempo militaba en Preferente gallega y en 1986 lo compró. Tras una fuerte inversión económica, el club ascendió a Segunda División B en 1989 y se quedó a las puertas de disputar el ascenso a Segunda División en la temporada 1989/90. Pero el 21 de julio de 1989 se vio obligado a abandonar la presidencia del club por la presión policial. El equipo había sido calificado en algunos medios informativos como "atípico" por su alto presupuesto -unos 32 millones de pesetas- y por las primas que recibían los jugadores

El 12 de mayo de 1988, Prado Bugallo fue arrestado en el puerto de Barcelona en una operación en la que se incautaron 2.000 cajas de tabaco rubio americano, valoradas en 164 millones de pesetas, aunque no pudo probarse su participación.

Cocaína

El 13 de junio de 1990, en la primera fase de la Operación Nécora contra el narcotráfico gallego, el juez Baltasar Garzón dictó una orden de arresto contra Prado Bugallo, que logró evadirse. En esos años, las escuchas telefónicas y los contactos internaciones evidencian que Miñanco estaba en contacto con los capos del cartel de Medellín en Colombia: Juan Ramón Matta Ballesteros, Pablo Escobar Gaviria y Fabio Ochoa Vázquez, así como con Gustavo Gaviria, Angel Félix Gallardo y Michel Hanguí.

Su evasión a Panamá le duro poco tiempo y en enero de 1991, tras regresar a Madrid para dirigir supuestamente la entrada de un importante alijo, fue detenido en un chalé de la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón y puesto a disposición judicial. En los meses siguientes a la detención de Prado, la policía encontró 164 kilos de cocaína de gran pureza en varios pisos y 500 kilos en un remolque de camión escondido en una nave de Ajalvir.

El 10 de mayo de 1993, comenzó el juicio contra Sito Miñanco y otros once procesados en la Operación Nécora y fue condenado a 20 años y tres meses de cárcel y 209 millones de multa por tráfico de drogas, evasión de divisas y falsedad en documento de identidad.

Libertad condicional

Miñanco fue puesto en libertad condicional tras cumplir siete de sus 20 años de condena en prisión, pero fue detenido de nuevo en su chalé de Villaviciosa de Odón (Madrid), cuando supervisaba la operación de trasvase de 5 toneladas de cocaína en aguas internacionales, cerca de Guayana Francesa.

En julio de 2004, la Audiencia Nacional le condenó a 16 años y 10 meses de cárcel y una multa de 390 millones de euros, como presunto líder de una organización internacional de narcotraficantes.

Su primer permiso penitenciario lo obtuvo en junio de 2011 gracias al informe favorable emitido por la prisión de Huelva, en la que estaba recluido. El director de la prisión onubense, Francisco Sanz, fue destituido de su cargo el 21 de diciembre del mismo año por "pérdida de confianza". Según Instituciones Penitenciarias, Sanz habría recibido regalos, como por ejemplo, dos vehículos Mercedes-Benz por parte de narcotraficantes, a cambio de mejoras en sus condiciones carcelarias. No obstante, aprovechó esa excarcelación para volver a delinquir y fue detenido de nuevo cuando dirigía una operación para introducir cinco toneladas de cocaína en España.

Estaba en semi libertad desde abril de 2015, cuando obtuvo este régimen penitenciario en la cárcel de Algeciras. El narcotraficante iba a terminar de cumplir su condena en 2018, y en 2009 superó las tres cuartas partes de esa pena. Tenía además pendiente un juicio por blanqueo, cuyo inicio estaba fijado para esta primavera, en el que la Fiscalía pide para él 6 años de cárcel. Este lunes ha sido detenido en una nueva operación antidroga donde cuatro agentes han resultado heridos.

Javier Álvarez

Javier Álvarez

Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en La Cadena SER donde esta vinculado a la sección de Justicia...

 
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