Sociedad
Violencia machista

Los jueces y las feministas

Polémica tras la campaña de las asociaciones feministas para denunciar el maltrato institucional que reciben de algunos jueces las víctimas de la violencia machista

Isabel presentó una denuncia en un juzgado de Arganda del Rey (Madrid) tras recibir una paliza de su pareja y acabó imputada y con orden de alejamiento mutua, porque el supuesto agresor puso a su vez una denuncia contra ella. / sb EFE

Madrid

Polémica tras la campaña de las asociaciones feministas para denunciar el maltrato institucional que reciben de algunos jueces las víctimas de la violencia machista. La asociación de Mujeres Juezas pide más formación y medios frente a los que hablan de un ataque a la independencia judicial.

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Las cuatro grandes asociaciones judiciales se revuelven contra las feministas. Se han puesto nerviosas. En un gesto extraordinario, la Asociación Profesional de la Magistratura, Jueces y Juezas para la Democracia, Asociación Judicial Francisco de Vitoria y el Foro Judicial Independiente han firmado un comunicado conjunto en el que salen en defensa de los magistrados destinados en los juzgados de violencia sobre la mujer. 

En el escrito señalan que “obtener justicia no es sinónimo de que nos den necesariamente la razón”. Y muestran especialmente su apoyo a los dos jueces, la de Arganda del Rey y el de Sagunto, que han sido los primeros denunciados ante el Consejo General del Poder Judicial por revictimizar a las mujeres maltratadas. 

El portavoz de la APM, Celso Rodríguez, dice que “tratar de influir en las resoluciones judiciales a través de denuncias sistemáticas constituye un ataque a la independencia judicial”. 

Discrepa de esta consideración la presidenta de la Asociación de Mujeres JuezasGloria Poyatos. “Es muy cuestionable decir eso, estamos coartando el derecho de la ciudadanía a quejarse de la actuación de una institución pública, y la justicia lo es, por lo tanto, las víctimas tienen derecho acudir al CGPJ cuando reciben un trato desacertado”.

Poyatos afirma que el problema de la justicia es estructural: la ausencia de medios y recursos, la sobrecarga de trabajo y sobre todo la falta de formación y especialización de los jueces sobre la violencia de género, una carencia que provoca que juzguen y sentencien con estereotipos y prejuicios. Como prueba de esa formación insuficiente, la jueza cuenta que para las oposiciones de 2017, de los más de 300 temas que entraban solo dos estaban relacionados con violencia de género. Y añade que, en ese temario, los aspirantes y futuros jueces deben estudiar por ejemplo el Convenio Internacional de La Haya pero no entra, sin embargo, la convención CEDAW de la ONU que vela por la eliminación de las discriminaciones que sufren las mujeres.

De todas formas, en un comunicado, la Asociación de Mujeres Juezas y a propósito de la campaña de denuncias sistemáticas de los colectivos feministas, considera que “no se deben personalizar las disfunciones que aún existen”. 

 
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