Un problema llamado Kushner
El FBI investiga al yerno del presidente por la trama rusa y ante la sospecha de que ha utilizado sus contactos con gobiernos extranjeros para sus intereses particulares
Washington
A Jared Kushner no le gusta el escándalo, ni los tuits, ni el protagonismo. Es la antítesis de su suegro. Prefiere moverse entre bambalinas y ha logrado tener acceso a la información más reservada de los Estados Unidos, es la mano derecha del presidente, actúa de mediador diplomático y tiene entre sus cometidos, nada menos, que alcanzar la paz entre Israel y Palestina.
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Sin embargo, Kushner y Trump tienen muchas cosas en común, más allá de Ivanka, esposa e hija respectivamente. Ambos han sorteado todo tipo de vaivenes en sus negocios inmobiliarios, se han enfrentado a demandas de fraude, han rozado la bancarrota y han llegado a la Casa Blanca, donde ahora también capean las sospechas de colusión con Moscú para ganar las elecciones y los conflictos de interés, como las propiedades que tienen, que han camuflado, vendido o cedido, para seguir controlándolas en la sombra. Pero los problemas acechan a Kushner desde diferentes frentes, cada vez le tienen más acorralado y el presidente lo sabe.
Altos funcionarios de al menos cuatro países (Emiratos Árabes Unidos, China, Israel y México) han intentado manipular al yerno del presidente aprovechándose de su falta de experiencia diplomática y de las dificultades económicas que tiene su familia para financiar sus propiedades inmobiliarias. Según una información publicada por el Washington Post, el FBI investiga si está utilizando sus contactos diplomáticos para sacar rédito personal.
En los últimos días también ha trascendido que Kushner se reunió en la Casa Blanca con dueños de dos entidades financieras, Apollo Global Management y Citigroup, que después le han concedido de 500 millones de dólares para sus negocios.
Además, Kushner está en el punto de mira del fiscal especial que investiga la trama rusa. Robert Mueller investiga qué papel tuvo durante la campaña electoral y su reunión con el entonces embajador ruso, Sergei Kislyak en la Trump Tower de Nueva York, que se mantuvo oculta durante meses. Después de ese encuentro, Kushner se reunió con el director de un banco ruso, Vneshecombank (actualmente bajo sanciones del gobierno estadounidense por el presunto delito de espionaje). Kushner aseveró meses después ante el Congreso que no trataron ningún asunto relacionado con sus negocios familiares, el directivo ruso dijo lo contrario.
Por otro lado, fuentes de Inteligencia han revelado que el yerno del presidente ha mantenido contactos con altos funcionarios de gobiernos extranjeros que no han sido notificados formalmente, ni coordinados con el Consejo de Seguridad Nacional. Esto ha provocado malestar e incluso preocupación en el entorno de Donald Trump, razón por la cual Kushner ha perdido el acceso a las reuniones de seguridad del más alto nivel, en la que se trata información clasificada, a las que acudía, hasta ahora, a diario.
El FBI investiga también los negocios internacionales de su mujer, hija predilecta de Trump y también asesora, Ivanka Trump. La CNN asegura que los agentes investigan la financiación que rodea al Trump International Hotel and Tower en Vancouver, que se inauguró en febrero de 2017, cuando Donald Trump había jurado su cargo.
Después de la abrupta dimisión esta semana de la directora de comunicación, Hope Hicks, cada vez son más fuertes las voces en Washington que aseguran que Jared e Ivanka serán los siguientes en dejar la Casa Blanca.