El PP, sumido en la confusión

Madrid

En el PP reina la confusión. Tras los resultados de las elecciones catalanas se desató la preocupación. Con el escándalo de Cifuentes y su dimisión, la depresión se apoderó de las filas conservadoras. Ahora, después de la sentencia de Gürtel y el anuncio de la moción de censura, se ha generado cierta locura. Los populares han visto cómo se han trastocado sus planes.

Por eso, todos están pendientes de lo que ocurra en los próximos días. Aunque creen que la moción de censura no saldrá adelante. Están convencidos de que el PSOE no podrá contar con Ciudadanos ni con el PNV porque su postura sería incoherente con el apoyo a los Presupuestos y el deseo de que haya una cierta estabilidad en España. Además, en Génova dicen que a Albert Rivera no le interesa que esta salga adelante porque ahora su rival ya no es Mariano Rajoy sino Pedro Sánchez.

Sin agenda

A la espera de esta cita, no se sabe qué va a hacer Rajoy. Después de anular su viaje a Kiev para ver la final de la Champions League, la Moncloa no mandó su agenda semanal. Además, hoy no irá a un acto de autónomos que tenía previsto y mañana no habrá reunión con Pablo Iglesias porque el pasado viernes, Podemos llamó a los colaboradores del presidente para valorar si era buen momento y se decidió aplazar el encuentro.

Su calendario se ha despejado y, con ello, se han desatado las especulaciones sobre su futuro. Algunos populares creen que viven “una situación crítica” y aseguran que Rajoy convocará elecciones para finales de año. Otros, comentan que él ya no será el candidato porque está “muerto”. Hay quien ve conspiraciones para derrocarle y hasta la celebración de un congreso extraordinario. Cuentan que en los próximos días ocurrirán “cosas insospechadas”. 

Un lío que los suyos tratan de zanjar. Los que rodean al jefe del Ejecutivo recuerdan que le llevan cuestionado desde el Congreso de Valencia en 2008. Sostienen que “aguanta” porque “tiene siete vidas y aún no se han consumido todas” y mantienen que no hará nada que pueda dinamitar al partido. Consideran que puede darle la vuelta a la moción y convertirla en “un trampolín” para impulsar al PP.