Internacional
ABUSOS SEXUALES

Christine Ford, la presunta víctima del juez Kavanaugh: "Marcó toda mi vida"

Brett Kavanaugh, el juez nominado por el presidente estadounidense, también testificará para defenderse de la acusación

Kavanaugh ha insistido en que no conseguirán que "renuncie" a la nominación para el máximo tribunal estadounidense

Madrid

Christine Blasey Ford, la presunta víctima del nominado al Tribunal Supremo estadounidense, Brett Kavanaugh, ha asegurado ante el Comité Judicial del Senado que el supuesto ataque sexual que sufrió a manos de él "aterrorizó" y "marcó" toda su vida. "Creía que me iba a violar. Grité. Cuando lo hice, Brett me tapó la boca con la mano. Era difícil respirar. Y pensé que Brett me iba a matar accidentalmente", narró ante los senadores, con la voz quebrada y visiblemente afectada.

"Estoy aquí hoy no porque quiera. Estoy aterrada. Estoy aquí porque creo que es mi deber cívico decirles lo que me sucedió mientras Brett Kavanaugh y yo estábamos en la escuela secundaria", ha dicho la mujer ante los legisladores.

Ford ha confesado haber "agonizado" durante meses desde que supo de la nominación de Kavanaugh al Supremo, tratando de reunir el valor para hacer pública su historia.

La presunta víctima del magistrado ha descrito el episodio que sufrió hace más de treinta años y, aunque confesó no recordar todo lo que quisiera, insistió en que desde entonces, y a causa de ello, ha sufrido "ansiedad, fobia y síntomas similares al estrés postraumático" como claustrofobia o pánico. Preguntada acerca de cuál es la memoria más fuerte de lo ocurrido: "Sin duda (...) La ruidosa risa entre ambos, pasándolo bien a mi costa. Se reían entre ellos", rememoró.

Ford, una de las tres mujeres que han acusado públicamente al juez, ha insistido en que se trata de una ciudadana "independiente", que considera un "deber cívico" contar su historia sobre el supuesto abuso ocurrido una noche del verano de 1982, cuando ambos eran adolescentes.

Acerca de la posibilidad de que pudiera confundir la identidad del atacante, Ford ha negado "absolutamente" cualquier atisbo de duda, y ha apuntado al nominado al Supremo como uno de los dos hombres que la atacaron, la encerraron en un cuarto y trataron de quitarle la ropa. "Cien por cien", ha subrayado.

La defensa de Kavanaugh

La audiencia planteada por los republicanos, que ostentan la mayoría en el Senado, también contaba con el testimonio del propio Kavanaugh, el nominado por Donald Trump, para el Tribunal Supremo. Kavanaugh ha asegurado ante los senadores que las acusaciones vertidas contra él por su supuesta víctima son "una vergüenza nacional". "El proceso de confirmación se ha convertido en una vergüenza nacional", ha dicho Kavanaugh en su discurso inicial ante el Comité Judicial del Senado, órgano que debe recomendar o no su candidatura al resto de la Cámara.

Kavanaugh ha rechazado de nuevo las acusaciones: "Niego categórica e inequívocamente la alegación contra mí de la señora Ford (...). Vengo aquí a limpiar mi nombre". Visiblemente enfadado, el juez ha remarcado que le pueden derrotar "en un voto final", pero ha insistido en que no conseguirán que "renuncie" a la nominación para el máximo tribunal estadounidense. "Mi familia y mi nombre han sido total y permanentemente destruidos", ha subrayado Kavanaugh.

Las declaraciones del juez, que llegó al Capitolio cogido de la mano de su esposa, se producen después de la comparecencia de Ford, quien afirmó que está segura al "cien por cien" de que Kavanaugh fue el joven que trató de abusar sexualmente de ella en una fiesta en 1982 cuando ambos eran adolescentes. "No estoy cuestionando que ella haya sido asaltada sexualmente por alguien, pero yo no fui", ha agregado Kavanaugh.

El magistrado ha incidido en la presunción de inocencia y ha cuestionado cómo se gestionan acusaciones de abuso sexual en el país, aunque precisó que deben tomarse en serio. "Si todo americano que tomó cervezas es acusado de abuso sexual y es presumiblemente culpable, estamos en un terreno horrible", ha afirmado.

Kavanaugh también ha comentado que nunca esperaba que el proceso de confirmación se convirtiera en "lo peor" que han vivido él y su familia, y ha acusado a los demócratas del comité de que por su culpa ya no vaya a poder hacer cosas que le encantaban hacer. "Me encanta enseñar Derecho y gracias a lo que han hecho algunos en este comité quizá nunca más pueda hacerlo. (...) Adoro ser entrenador de baloncesto con los niños y gracias a lo que han hecho quizá nunca más pueda hacerlo", ha lamentado el juez.

La audiencia en el Senado ante la mirada atenta de todo el país se produce mientras aumenta la presión para que se posponga el voto de confirmación en la Cámara Alta, donde los republicanos cuentan con leve mayoría, ante las nuevas denuncias que han aparecido contra el juez.

 
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