La vía eslovena a la que apela Torra: una guerra de 10 días con más de 60 muertos

Madrid

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha recibido una lluvia de críticas por apelar a la vía eslovena para la independencia de Cataluña y ha sido calificado de "iluminado", "irresponsable" o "peligro público" por dirigentes de diversas formaciones políticas. Recordamos la guerra relámpago que Torra está dispuesto a tomar como ejemplo.

La independencia eslovena fue un proceso unilateral. Comenzó el 23 de diciembre de 1990 con un referéndum en la que era una de las seis repúblicas que formaban la Federación Yugoslava. Participó más del 90% por ciento de la población y 9 de cada 10 eslovenos votaron por la secesión.

Al año siguiente llegó la declaración unilateral de independencia. El gobierno de Belgrado, en manos del dictador y criminal de guerra ya fallecido Slobodan Milosevic, respondió enviando a los tanques.

Fue una guerra relámpago, de apenas 10 días, porque el esfuerzo bélico de Milosevic estaba ya centrado en lo que fue después la guerra de Croacia. Hubo más de 60 muertos y la Alemania recién reunificada reconoció casi inmediatamente al nuevo estado. La decisión de Berlín indignó a buena parte de las capitales de la Unión Europea y dio alas al nacionalismo en el resto de repúblicas yugoslavas.

Fue entonces cuando Bruselas se dio cuenta de que había que coordinar la diplomacia de los socios y creó el puesto de Alto Representante, algo así como un superministro de Asuntos Exteriores, pero la mecha en los Balcanes ya se había encendido. No se apagó hasta casi 20 años después, cuando se dio el último tiro en Kosovo.