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Operación Salida

Qué comer y qué beber durante un viaje largo en coche

Tan malo es conducir con hambre como con el estómago lleno y no debemos abusar del café

¿Has hecho algo parecido alguna vez? / GETTY

Madrid

Cada verano pasa lo mismo: cargamos el coche y ponemos rumbo a nuestro destino de vacaciones. Un lugar que, en ocasiones, puede estar a cientos de kilómetros, por lo que la conducción se puede alargar varias horas. En ese caso, además de revisar previamente el coche y de planificar paradas para descansar, conviene seguir las recomendaciones de la DGT sobre comida y bebida.

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Ante todo hay que tener claro que no debemos comer y beber en plena conducción porque son actividades que, como la manipulación de un móvil o de un GPS, pueden distraernos y limitar nuestros movimientos. De hecho, comer o beber al volante se castiga con una multa leve de hasta 100 euros, sin retirada de puntos.

De entrada es importante haber descansado previamente y no partir con el estómago vacío porque la fatiga y el sueño son dos factores de riesgo que los conductores a menudo infravaloran y que, sin embargo, están detrás de un gran número de accidentes. En la misma línea, reprimir sensación de hambre puede resultar peligroso porque nos pone nerviosos y suele derivar en cansancio.

Almuerzo ligero

Tampoco hay que comer en exceso porque conducir no es requiere un un gran desgaste calórico y porque una digestión pesada también puede complicar nuestra actuación al volante. De hecho, está demostrado que después del almuerzo existe una disminución de la capacidad de mantener la atención, restándonos un 10% de rendimiento y aumentando las probabilidades de que cometamos algún error, por lo que, antes de volver al volante, resulta recomendable dar un pequeño paseo.

Cada dos horas

Comer de forma inadecuada antes y/o durante un viaje puede favorecer la somnolencia, producir fatiga, disminuir los reflejos o generar dolores de cabeza, entre otros síntomas. Lo ideal es parar, como mínimo, cada dos horas y aprovechar esas pausas para hidratarnos y comer algo: fruta, chocolate, frutos secos...

Contra la deshidratación

En esta época, de hecho, los expertos recomiendan beber agua fresca aunque no tengamos sed. Pero hay otra opciones (por supuesto no alcohólicas): refrescos sin gas, zumos, verduras frescas... El objetivo es evitar la deshidratación ya que una de sus primeras consecuencias es la sensación de fatiga. Y no vale compensarlo todo con cafés porque, al tratarse de una bebida estimulante, hay que limitar su ingesta a tres tazas al día (dos durante la conducción, según la DGT).

Nada de alcohol

En la guía Comer bien, conducir mejor, la DGT asegura "las comidas copiosas y sobre todo el alcohol son dos de los peores enemigos a la hora de realizar un viaje en coche", por lo que, además de evitar el vino, la cerveza y cualquier destilado, también es recomendable prescindir de salsas pesadas, leche o sopas calientes (que favorecen la somnolencia) o los alimentos flatulentos (legumbres y verduras).

Menú para conductores

Si paramos a comer, hay que tener en cuenta dos cosas. La primera es que, en base a la sabiduría popular, si hay muchos coches (o camiones en la puerta)significa que ahí se come bien. La segunda, que conviene optar por entrantes vegetales y, de segundo, un pescado blanco o una carne poco grasa (pollo o pavo) con guarnición ligera. Para acabar, de postre, nada mejor que una fruta y, en todo caso, evitemos los dulces de pastelería. Si además podemos sustituir el café o el té por una infusión de menta, anís, salvia o hinojo, mejor que mejor.

 
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