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¿Malo, regular o bueno? Análisis de tres menús infantiles

El desayuno y la merienda suelen ser los momentos del día que más alimentos insanos acumulan

Nutricionistas y profesionales de la salud intentan inculcar hábitos saludables desde la infancia. GETTY IMAGES

Madrid

“A unos padres que le da galletas a su hijo para desayunar no le suele gustar oír que comer galletas a diario no es recomendable, porque sienten que le están tachando de malos padres. Sin embargo, no se trata de culpabilizar a nadie, sino de ofrecer información para que se puedan tomar las decisiones más adecuadas”. Miguel Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología de Alimentos y consultor, admite que se trata de un asunto delicado. Desde el vecino hasta el último artículo periodístico. La cantidad de información que nos invita a comer saludable es ingente. Aitor Sánchez (Mi dieta cojea) y Lucía Martínez acaban de publicar ‘¿Qué le doy de comer?’ (Editorial Paidós).

Hay campañas de éxito como la de la cuenta de Twitter @sinazucar.org que alerta de la presencia de azúcar excesiva en diferentes productos. Antonio Rodríguez, publicista, comenzó el proyecto por su interés por el deporte y la nutrición. Comparte imágenes de papeleras atestadas de envoltorios de galletas y zumos procesados a la salida de los colegios e invita a padres a contrarrestar con sus ideas de meriendas saludables. “Cada vez los papás buscan lo mejor e intentan preguntar soluciones que se adapten a su día a día. La industria está para darles una solución a sus preocupaciones. Si no quieren aceite de palma, llega Nocilla o cualquier otra marca y la quita. El ejercicio de marketing que hace la industria les vale. Es difícil luchar contra su oferta”, explica.

Coger una galleta es más cómodo que pelar una zanahoria

Las costumbres están arraigadas. Uno de los escollos principales es el desayuno. “Recurrimos a las soluciones rápidas porque tenemos estereotipados el tipo de alimento que hay que consumir. Si decimos de darle una tortilla francesa, algunos dicen que es una locura para desayunar además de que hay que levantarse antes. Al tipo de alimento se une la velocidad del cocinado por lo que es difícil de erradicar”, explica Antonio.

Más información

El cocinero y nutricionista Juan Llorca desató la polémica hace unos meses cuando dijo en la Cadena SER que prefería que el niño no desayunara a que tomara leche chocolateada y una magdalena. Las críticas que despertó demuestran que queda un largo camino por recorrer, según los especialistas. “Culturalmente está muy arraigado. Tradicionalmente es barato y fácil de preparar sacar leche con Cola Cao y unas galletas si lo compraras con una pieza de fruta y huevos revueltos. También está el tema de la conservación. Una tostada con aguacate no se conserva igual”, cuenta Rodríguez.

“Los productos insanos suelen consumirse en el desayuno y la merienda”, mantiene Lurueña. Niños y adolescentes españoles consumen 50 gramos diarios de azúcares añadidos. La OMS recomienda no superar los 25 gramos. “Estos azúcares proceden sobre todo de los chocolates, galletas, cacaos solubles azucarados, pastelitos o cereales en el caso de los niños y de las bebidas azucaradas y energética en el caso de los adolescentes”, cuenta Lurueña.

Tener solo alimentos saludables en casa

En realidad, debería ser todo mucho más sencillo y natural: tener en casa solo alimentos saludables, según Lurueña. “No comprar productos insanos, predicar con el ejemplo. ¿Que no les gusta la zanahoria cruda? Quizá les gusta hervida. O quizá no les gusta. No pasa nada. A nadie le gustan todos los alimentos que existen sobre la faz de la Tierra. Se trata de evitar en la medida de lo posible el consumo de productos insanos y que coman una dieta basada en alimentos saludables lo más variada posible, pero sin obsesionarnos con el hecho de que no le gustan las zanahorias”.

Dejar que los niños entren en la cocina es una buena forma de iniciarlos en la alimentación saludable.

Miguel Lurueña explica que demasiado a menudo convertimos la alimentación en algo mecánico y artificioso. “Se le obliga a comer cuando no tiene apetito y además cosas que no le gustan, con amenazas, coacciones, chantajes emocionales, premios o castigos. También solemos abusar de los productos para niños, que suelen contener una elevada cantidad de azúcares añadidos, algo que se debe sobre todo a la influencia de la publicidad”, cuenta.

¿Nos alimentamos peor que hace 20 años?

Raciones más grandes, mayor oferta de productos insanos, más alejados de la cocina y el mercado son algunas de las razones que, a juicio de Lurueña, explican que nos alimentemos peor ahora que hace dos décadas. “Se estima que la obesidad infantil se ha multiplicado por diez en los últimos 40 años. En cualquier caso, soy optimista de cara al futuro. Buena parte de la población es cada vez más consciente de que la dieta está estrechamente ligada a la salud y se preocupa por alimentarse de forma saludable. Esta demanda es escuchada por la industria, que ofrece cada vez más opciones saludables: ensaladas listas para consumir o aperitivos saludables”, afirma.

El aumento de consumo de productos procesados ha hecho aumentar también el de azúcar, según Antonio Rodríguez que destaca iniciativas de países como Chile como un ejemplo para el resto del mundo. Su normativa es la más avanzada en esta materia. Está prohibido poner imágenes de mascotas en los envases de cereales y otros productos insanos. “Nada de ositos felices, unicornios sonrientes y princesas bailarinas. Además, está prohibida la vente juguetes con productos insano relativo al azúcar como el huevo Kinder. Por si fuera poco, utilizan un sello negro muy visible en el envase si es alto en azúcar o en sodio, por ejemplo, y eso obliga a los fabricantes a hacer un esfuerzo de bajar el nivel de los ingredientes más insanos”, cuenta.

¿Malo, regular o bueno? Análisis de tres menús infantiles 

Gramos de azúcar calculados por Antonio Rodríguez, autor del libro sinAzucar.org.

La OMS recomienda no superar los 25 gramos al día.

Menú A

Desayuno: tostada pan blanco (2 g) con tomate y aceite con pavo o jamón de york (1 g), leche con Cola Cao o similar (2 cucharadas: 16 g), zumo de naranja. (Dos naranjas de zumo) (18 g).

Total desayuno: 37 g

Comida (escuela): macarrones con carne y tomate frito (8 g), palitos de merluza (2 g), yogurt de sabores (13 g)

Total comida: 23 g

Merienda: zumo envasado (20 g), galletas (8 galletas: 17 g) y pieza de fruta (0 g)

Total merienda: 37g

Cena: judías verdes (0 g), salchichas (2 g)

Total cena: 2 g

SUMA TOTAL DÍA: 99 g

Menú B

Desayuno: leche con Cola Cao o similar (1 cucharadas: 8 g), cereales de supermercado (24 g).

Recreo: sándwich pan blanco con pavo o lomo (8 g)

Total desayuno: 40 g

Comida (escuela): Guiso de legumbres (0 g), Pollo empanado (0 g), Fruta (0 g)

Total comida: 0 g

Merienda: Zumo de naranja (18 g)

Cena

Sopa (0 g): tortilla o pescado a la plancha o pasta con zanahoria (0 g)

SUMA TOTAL DÍA: 58 g

Menú C

Desayuno: fruta entera (0 g), leche (0 g), galletas (8 galletas: 17g), tostada integral (1 g) con mantequilla o aceite.

Comida (escuela): ensalada campera (0 g), Escalope de merluza (0 g) con ensalada de lechuga (0 g) y fruta (0 g)

Merienda (escuela): leche (0 g) y bocadillo de pavo (3 g)

Cena: Pure de verduras y huevo cocido (0 g) y leche (0 g)

SUMA TOTAL DÍA: 21 g

Desayunos

Miguel Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos cree que deberíamos tratar de olvidar el esquema cerrado lácteo-cereales-fruta. “Es una opción válida si el lácteo no es azucarado como un yogur natural o leche sin Cola Cao, los cereales integrales y no azucarados como copos de avena. Dejar de lado las galletas o el pan blanco y tomar la fruta entera. Los zumos no son equiparables a una fruta entera, aunque sean naturales”.

“Si nos obligamos a desayunar exclusivamente un esquema cerrado será monótono y nos forzaremos a utilizar recursos poco saludables para tratar de cumplirlo. Por ejemplo, como hay que tomar leche pero no le gusta, le añado Cola Cao”, cuenta.

Recomendación:

Lurueña propone desayunos abiertos, compuestos por alimentos saludables. Eso incluye cualquiera como las lentejas que sobraron del día anterior hasta tostas de pan integral con guacamole o ensalada de garbanzos. Lo que apetezca. Las opciones son infinitas.

Comidas:

Las comidas incluidas en los menús “no están del todo mal”, en opinión de Lurueña.

Recomendación:

Mejor cambiar la pasta por pasta integral, los palitos de merluza por pescado. Siempre va bien tener congelado a mano. Dejar de lado el yogur azucarado y apostar por el yogur natural.

Merienda:

Para las meriendas vale el análisis y las recomendaciones del desayuno.

La leche y la fruta bien, pero el resto, cuanto menos mejor. Se puede merendar fruta sin más. No hay problema, explica Lurueña.

Cenas:

“No están mal, salvo las salchichas, que sería preferible cambiar por algo más saludable”

Recomendación:

Mejor cambiar las salchichas que acompañan las judías por huevo cocido, por ejemplo.

Miguel Lurueña insiste en que no se puede evaluar una dieta en base a tres menús aislados. Para saber si es saludable y apropiado, hay que hacer un seguimiento prolongado. Lo de malo, regular o bueno hay que poderlo siempre en contexto. El sentido común de los adultos cercanos al niño será siempre el mejor aliado para cuidar la salud y sentar las bases de cara al futuro.

Fomentar la autonomía en la cocina, con la supervisión de un adulto, es una buena idea.

Maika Ávila

Maika Ávila

Periodista y autora de 'Conciliaqué. Del engaño de la conciliación al cambio real'. Ha formado parte...

 
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