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'Un poyo rojo': tensión sexual, gestual y 'el pollito pío'

Llega a los Teatros del Canal el espectáculo de teatro físico 'Un poyo rojo', un montaje de culto sobre el amor creado por Luciano Rosso y Nicolás Poggi

Teatros del Canal

Madrid

Un poyo rojo nació en 2008 de la necesidad de crear un número de varietés en el Centro Cultural Laboratorio, en Buenos Aires. Sus creadores, Luciano Rosso y Nicolás Poggi, crearon una pieza de teatro físico y gestual con elementos de danza que acabó alimentándose de su propia relación de pareja. “Nos dimos cuenta de que lo que queríamos contar era una historia sobre nuestra relación real y cruzamos la línea ficticia y la real”. La obra se estrenó en 2009 y, desde entonces, se ha convertido en un espectáculo de culto representado en medio mundo, incluidos los festivales de Aviñón y Edimburgo.

Un poyo rojo, explica Luciano Rosso, habla “del amor”. Cuenta el actor que la obra es “la historia del primer beso entre dos seres humanos. Somos dos hombres, pero podrían ser dos mujeres, un hombre y una mujer, un perro y un gato, o un árbol y un pájaro”. El espectáculo, explica, comienza con los dos protagonistas “completamente alejados, casi ni nos miramos y hay varios puntos de quiebra, muy cómicos, pero con mucha profundidad y, a partir de ahí, estos dos seres empiezan a mirarse de otra manera y se empiezan a gustar”.

El espacio en el que transcurre la obra se parece al vestuario de un gimnasio de barrio con un banco, una taquilla y un aparato de radio. Y en ese lugar, explica su creador, “dos hombres compiten, se miden, se miran, pero se rechazan también, los vínculos y esa histeria de me miras, pero no sé”. Sobre el tipo de masculinidad que llevan a escena los dos actores y bailarines, Rosso cuenta que juegan “a romper con el estereotipo del macho porque en el abanico del ser humano uno puede ser todo, tan masculino como femenino y jugamos con eso de competir en quién es más macho o quién es más femenino, y en ese recorrer aparecen cosas muy interesantes”

La radio tiene un papel fundamental a lo largo del montaje. La usan en directo y a lo largo del espectáculo van sintonizando distintas emisoras con su programación en tiempo real, “vamos moviendo el dial y vemos qué encontramos y es un desafío”. Son conscientes de que estos días en Madrid, cuando muevan el dial, tendrán muchas probabilidades de toparse con información sobre las próximas elecciones. Rosso explica que a veces hacen el espectáculo “donde no entendemos el idioma, como el alemán, y no sabemos qué está pasando en la radio, pero el público sí, y resignifica lo que ve con lo que escucha y nosotros entendemos lo que pasa gracias al público”.

Un poyo rojo es, después de diez años, un espectáculo de culto, y su cocreador cree que se debe a que “no hablamos en ningún momento y cualquiera lo puede entender, el lenguaje es muy físico y lo puede entender un niño o un adulto, lo puede entender un uruguayo o un rumano. Y, además, trabajamos con lo menos posible, lo creamos con lo que teníamos a mano y eso nos dio la oportunidad de mostrarlo en muchos lugares”. Actualmente, la obra está de gira por Europa, en países como Francia, Italia, Bélgica o Suiza y llega este jueves a los Teatros del Canal de Madrid.


'Un poyo rojo': tensión sexual, gestual y 'el pollito pío'

Y luego está ‘el pollito pío’, con el que Luciano Rosso tiene una relación complicada. Todo empezó hace años, cuando en el festival de Aviñón les pidieron que incorporaran un bonus, un regalo final para el público porque la obra les parecía demasiado corta. Rosso, que desde que era un chaval graba vídeos en su canal de Youtube haciendo playbacks con mímica de multitud de artistas, añadió entonces una escena al montaje representando en directo uno de sus números. En 2014, la compañía llegó a Madrid para representar la obra en una pequeña sala y Rosso decidió someter a votación en su cuenta de Facebook qué sketch incorporar. Y resultó ganador ‘el pollito pío’. Una espectadora lo grabó desde su butaca (sí, está prohibido, pero hay quien no lo respeta) y lo subió a Internet. Se convirtió en un vídeo viral con millones de visualizaciones. Explica Luciano Rosso que le llamaron de todos los talent show del planeta, a los que nunca fue. Y de esa historia de éxito rápido y viral nació un nuevo espectáculo llamado Furor sobre el universo de likes en el que vivimos, con el que también está de gira. Rosso confiesa que su relación con ese número del ‘pollito pío’ es de amor-odio, aunque asume que en Madrid tendrá que hacerlo más de una vez.

 
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