La tormentosa travesía de Vinicius hasta el Clásico

A la salida del Santiago Bernabéu el pasado domingo solo se podía escuchar un nombre. Ni la resurrección de Mariano consiguió alejar los focos de Vinicius, que a sus 19 años se convirtió, contra todo un Barcelona, en el principio y final del ataque de todo un Real Madrid. Sus compañeros se las daban casi todas a él y él encontró en el premio en el 71’ de partido.

Solo unos meses antes la realidad era drásticamente diferente. Las conversaciones alrededor del Bernabéu no incluían al joven brasileño y si lo hacían era para destacar su ausencia.

Vinicius tuvo un comienzo complicado de temporada y tras los primeros cuatro partidos, se perdió nueve de 18 entre el 22 de septiembre y el 22 de diciembre. De los siete en los que participó el ‘25’, el Real Madrid empató dos y cayó uno -el marcado partido de Mallorca-. Esos tres fatales meses estuvieron marcados por momentos muy difíciles para Vinicius. La evidencia más pública fue el partido contra Osasuna en el Bernabéu. Vinicius marcó un golazo, que ‘celebró’ tirándose de rodillas y llevándose las manos a la cara para tapar sus lágrimas. Tras el partido confesó que había llorado porque estaba siendo “complicado” y “no estaba tan feliz” como él es.

El último encuentro de esos tres fatales meses fue el Clásico en el Camp Nou, un nuevo y último palo, quizá el más gordo por la enjundia del partido en cuestión. Vinicius vio aquel partido en Madrid, ya que Zidane no contó con él para el Camp Nou.

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Sin embargo, durante esos duros meses no vimos ni una mala cara del joven de 19 años, que cada partido en casa que se perdía bajaba al vestuario tras el partido a felicitar a sus compañeros, especialmente a su compatriota Rodrygo, que andaba por aquel entonces con mejor suerte. “Él no estaba desesperado, pero su familia, su gente, todos estaban tristes por la situación y Vini lo veía en sus caras”, contó El País de boca de su entorno.

En Real Madrid Televisión, Vinicius evitó buscar la culpa fuera y mostró su fuerte confianza en sí mismo: “La afición sabe que soy joven y que puedo ser uno de los mejores del Madrid”. Era noviembre, el epicentro de la 'crisis', pero él sabía el problema: “Nunca he estado tanto tiempo sin marcar. No lo estaba haciendo bien en los partidos”.

Después de tocar fondo con la no convocatoria para el Clásico, volvió a los planes de Zidane y, aunque la mayoría ha salido desde del banquillo, solo se ha perdido dos partidos. El entrenador francés ha elogiado en varios ocasiones durante los últimos meses el trabajo defensivo de Vinicius, que ha crecido exponencialmente. 

El trabajo, su mayor compromiso defensivo y sobre todo su gran actitud en el momento más difícil, dieron sus frutos. El ciclo se cerró el domingo, paradójicamente en un Clásico, y el Real Madrid cuenta con el mejor estado de forma y confianza de Vinicius para el momento clave de la temporada.