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Coronavirus Covid-19

La falta de pruebas y de un criterio nacional de recuento impide conocer el impacto real del coronavirus

La Cadena SER ha constatado que las comunidades autónomas utilizan distintos baremos para elaborar la estadística de fallecidos y contagios por COVID-19

Personal sanitario pasa junto al área donde militares del Mando de Ingenieros de Salamanca del Ejército de Tierra, una unidad de 34 militares, instalan un hospital provisional de entre 60 y 70 camas en las inmediaciones del Hospital Gregorio Marañón, en Madrid. / Marta Fernández Jara - Europa Press EUROPA PRESS

Madrid

La falta de una unidad de criterio nacional sobre el recuento de fallecidos y contagiados por coronavirus y las pocas pruebas que se están haciendo están impidiendo conocer el impacto real de la pandemia en España. La Cadena SER ha constatado que las comunidades autónomas utilizan distintos baremos para elaborar la estadística de fallecidos y contagios por COVID-19.

El problema es que no todas las comunidades tienen en cuenta los mismos datos a la hora de configurar la estadística sobre el coronavirus. Madrid o Andalucía, por ejemplo, sólo contabilizan como fallecidos por COVID-19 a aquellos que hayan dado positivo en una prueba de laboratorio. No se contabilizan ni los diagnósticos radiológicos, ni los clínicos. Cataluña, sin embargo, sí cuenta a quienes un médico, por su sintomatología u otras pruebas clínicas, haya diagnosticado como positivos aún sin haber sido sometidos al test. Y luego ha habido criterios cambiantes. La Comunidad Valenciana, por ejemplo, empezó contabilizando a todos los fallecidos en hospitales, residencias y casas que presentaran síntomas compatibles con el coronavirus, aunque no se les hubiera hecho la prueba. Y ahora sólo tiene en cuenta los positivos en pruebas.

Recuento de fallecidos en residencias de ancianos

Lo mismo sucede con el recuento de fallecidos en residencias de ancianos, que ya rondan los 2.000 en toda España (sin contar que Madrid y Cataluña no actualizan sus datos desde la semana pasada). Tampoco hay un criterio homogéneo entre las distintas comunidades autónomas. Castilla y León y Castilla-La Mancha, por ejemplo, incluyen a todos los fallecidos en la estadística si presentaban síntomas compatibles con el COVID-19, aunque no se les haya hecho la prueba. Madrid, en cambio, sólo incluye a los que dieron positivo en test y tiene más de mil muertos y no todos pudieron ser analizados. Andalucía, por su parte, que tiene menos fallecidos en residencias, está haciendo autopsias para incluirlos en la estadística si dan positivo.

Con los contagiados pasa lo mismo. Tampoco hay un criterio uniforme. La mayoría de las regiones sólo contabiliza como positivos a los que se les ha hecho la prueba y ha dado ese resultado. Pero otras como Extremadura contabiliza, además de los positivos en laboratorio, a todos aquellos que hayan estado en estrecho contacto con positivos y presenten síntomas.

Esto nos lleva al debate original sobre cómo combatir la pandemia, si a través de hacer pruebas masivas a la población para buscar los contagios o esperar a que lleguen enfermos a los hospitales para hacerles el test. En el caso de España, seguimos sin saber con claridad cuántas pruebas se están haciendo.

¿15.000 test al día?

El Gobierno sostiene desde hace semanas que se están haciendo unos 15.000 test al día. Sin embargo, lo que nunca ha aclarado, pese a las continuas preguntas formuladas por los medios de comunicación en las distintas ruedas de prensa, es a cuántas personas se ha hecho la prueba en España. Porque no es lo mismo el número de test diarios, que el número de personas analizadas. El propio Ministerio de Sanidad ha reconocido que los pacientes necesitan entre dos y cuatro pruebas cada uno para determinar el contagio primero y que están limpios después en el caso de que dé positivo. Eso reduce muchísimo el número de personas que están siendo analizadas. Por poner un ejemplo, en Baleares, el jefe de Virología del hospital de referencia en las islas decía la semana pasada que probablemente sólo se estaba detectando el 20% de los contagios reales que había en la población porque se están haciendo muy pocas pruebas.

Fotografía distorsionada

La distorsión de la fotografía real del impacto de la pandemia en España es extrapolable al resto del mundo. Cada país está siguiendo criterios distintos de recuento de víctimas mortales y contagios y eso provoca un problema epidemiológico mundial: resulta imposible determinar con claridad la tasa de mortalidad del virus. El diario británico Financial Times publicó ayer un informe que aseguraba que la tasa de mortalidad a tenor de los resultados conocidos ronda el 4,7% en todo el planeta. Sin embargo, al igual que a escala nacional, al no haber una unidad de criterios sobre el recuento y que el número de pruebas en la población no es homogéneo en todos los países, resulta imposible extraer conclusiones con rigor científico. Y eso también es un problema a la hora de combatirla porque hay una información menos fiable de cuáles es su alcance.

Miguel Á. Muñoz-Encinas

Miguel Á. Muñoz-Encinas

He trabajado en todos los programas informativos de la SER (Hoy por Hoy, Hora 25, Hora 14, boletines...

 
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