Sociedad
Coronavirus Covid-19

Así es el confinamiento selectivo con el que intentan frenarse los rebrotes de coronavirus

De momento conviven los modelos del aislamiento quirúrgico de edificios con el cierre de comarcas y zonas concretas

Un equipo de la empresa pública de gestión ambiental Geacam está trabajando desde primera hora de este lunes en la desinfección del edificio de Albacete, ubicado en la calle Baños 25, cuyos vecinos han sido confinados tras la aparición de un brote de COVID-19, que afecta a nueve personas de dos familias distintas. / Manu EFE

Madrid

La llamada nueva normalidad también ha traído consigo nuevos confinamientos, pero al haberse descentralizado la gestión de la pandemia del coronavirus —la llamada cogobernanza—, las medidas de prevención se están aplicando de forma distinta en cada territorio desde el pasado mes de junio. En Santander, por ejemplo, ya vimos al inicio del verano medidas quirúrjicas para aislar un edificio, con sus 34 viviendas y sus 80 vecinos. En otras zonas, sin embargo, se ha optó por la comarca como espacio de referencia.

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Los primeros casos

El primer caso importante se vivió en el sur de la provincia de Huesca y la Consejería de Sanidad optó por aplicar medidas de la fase 2 del estado de alarma a las comarcas de La Litera, Bajo Cinca, Cinca Medio y Bajo Aragón-Caspe.

Más allá del uso obligatorio de la mascarilla y la distancia social, volver a esa fase 2 implicaba no poder salir del área confinada (salvo por motivos justificados), pasear sin restricciones horarias, aforo máximo del 50% en hostelería (y sin acceso a la barra), apertura limitada de playas y piscinas...

El Gobierno de Aragón también recomendó limitar los desplazamientos con origen o destino en las zonas afectadas, pero recordando que su mensaje no dejaba de ser "una recomendación" porque en realidad, carecían de competencias para limitar la movilidad.

Restricciones poco reguladas

Las comunidades autónomas pueden ampararse en la Ley General de Sanidad y en la Ley de Medidas Especiales de Salud Pública, recurriendo a las Fuerzas de Seguridad bajo supervisión judicial. Pero la norma no detalla medidas con exactitud (el artículo tercero es ambiguo: "la autoridad sanitaria, además de realizar las acciones preventivas generales, podrá adoptar las medidas oportunas"), por lo que debe interpretarse en cada caso. 

Tanto en el caso de Santander como en el de Aragón, las restricciones fueron efectivas, pero innegablemente incómodas y preocupantes a nivel económico. En plena temporada veraniega, además, su imagen quedó afectada.

El caso de la comarca lucense de A Mariña fue un poco distinta a causa de las elecciones autonómicas. La Xunta decidió aplicar una orden de cinco días de confinamiento, pero plagada de recomendaciones —más que de prohibiciones— y destacando su carácter revisable: reuniones de 10 personas (no convivientes), aforo máximo de 60 personas en espacios cerrados y 150 abiertos...

La alcaldesa de Lourenzá (Lugo), con algo menos de 2.200 habitantes, fue una de las 10 que han firmaron una petición para que se pospusieran las elecciones gallegas. En conversación telefónica con la Cadena SER, Rocío López (PSOE) reconocía que la situación en A Mariña no es muy buena, pero aseguraba que el confinamiento estaba siendo "un poco peculiar".

Caos en Madrid

A mediados de julio llegaba también el confinamiento voluntario de Barcelona, que poco se notó tanto en los desplazamientos como en las playas, pero que sí sirvió para al menos estabilizar los datos que ahora sufren otras zonas como Baleares o Madrid. Mientras en Mallorca se ha perimetrado un barrio que confinará desde este viernes a 20.000 personas, Madrid se prepara para anunciar medidas drásticas en los puntos de mayor incidencia en medio de un caos de gestión que gira alrededor del término 'confinamiento'.

Polémica e incertidumbre

Las medidas aplicadas no gustan a todo el mundo y, si durante el estado de alarma era el Gobierno, con Pedro Sánchez y Salvador Illa a la cabeza, quienes encajaban las críticas de presidentes autonómicos y empresarios, entre otros, ahora son los responsables regionales quienes están lidiando con la disparidad de criterios.

El abogado leridano Jorge Culleré, por ejemplo, fue el primero en presentar este verano un recurso de apelación pidiendo el levantamiento del confinamiento en la comarca del Segrià (Lleida) porque consideraba que la Generalitat no había argumentado la razones de una medida que, desde su punto de vista, no era ni proporcionada ni progresiva, por lo que describía un agravio comparativo respecto a otras zonas con situaciones similares en ese momento, como Albacete, donde también se habían confinado edificios concretos.

Carlos G. Cano

Carlos G. Cano

Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...

 
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