Ocio y cultura

Lluís Homar defiende el Siglo de Oro como "cuestión de Estado" y el valor de la ciudadanía en los escenarios

Alberto Conejero, Adriana Ozores, Xavier Albertí, Ángeles González-Sinde, Josep María Flotats o la Compañía Nacional de Danza, en la primera temporada de Lluís Homar al frente de la Compañía Nacional de Teatro Clásico

Fotografía de archivo del actor y director teatral Lluís Homar / Robin Townsend EFE

Madrid

"Se tiene que convertir en una cuestión de Estado que el patrimonio del Siglo de Oro esté presente en el mundo, ponerlo en valor, y es parte de un deber darlo a conocer", así terminaba este miércoles Lluís Homar su intervención en la presentación de su primera temporada al frente de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) en un acto emitido por Youtube. Palabras que Homar pronunciaba refiriéndose a sus primeras declaraciones tras ser presentado como director de la Compañía en septiembre de 2019, cuando afirmó que su conocimiento del Siglo de Oro era escaso y llegaba a la compañía "a aprender": "Yo soy actor y creo que esta es una etapa en la que un actor es el director, estamos trabajando sin quitarle nada a nadie, creo que hay un espacio para que nos engrandezcamos como actores y actrices, y no hablo de cobrar más, sino de estar en el escenario como personas, no solo como buenos actores, y eso nos tiene que invitar a que nos replanteemos como ciudadanos encima de un escenario". "Se trata de sumar", añadía Homar, "pero también hay que arremangarse. Estamos en un espacio público y sigo estando aquí para aprender y eso es algo que la vida me ha regalado, es una oportunidad para que aprendamos de manera compartida".

Hora y media antes, Lluís Homar comenzaba su intervención afirmando que “es posible llegar a la excelencia desde la alegría, aunque que las circunstancias nos lo han puesto difícil" y recordaba cómo al llegar a la compañía el 2 de septiembre de 2019, tras ser elegido por concurso público, "reunimos al personal de la casa y les transmitimos que para nosotros son importantes las personas, en una casa en la que trabajan más de cien y queríamos empaparnos del sentido de compañía".

El director de la CNTC confesaba que "esta no es la temporada que teníamos diseñada en enero y hemos remodelado ese programa inicial, pero asumimos los cambios y este es el proyecto que proponemos" y explicaba que el leitmotiv de su trabajo al frente de la compañía será "el encuentro entre lo clásico y lo contemporáneo" y su objetivo, citando al director catalán Xavier Albertí, será "convocar al público para que vengan al teatro como espectadores y salgan como ciudadanos".

Homar, que citaba la larga trayectoria de la Royal Shakespeare Company o de la Comediè Francaise, admitía este miércoles que "nosotros no podemos crear una compañía estable pero sí crear unos espacios para que actrices y actores se sientan cómplices en este templo de la palabra". El director de la CNTC anunciaba también que esta temporada van a poner en marcha una fórmula de coproducción con lo que ha llamado "los teatros amigos" que son, de momento, tres: Teatro Soho, de Málaga; el Teatro Principal de Vitoria y el Teatro Arriaga de Bilbao, que serán coproductores.

El Clásico abrirá sus puertas el 29 septiembre con el estreno de tres espectáculos que no se pudieron llevar a escena debido a la pandemia: el primero de ellos, El vergonzoso en palacio, de Tirso de Molina, con dirección de Natalia Menéndez, actual directora del Teatro Español. El 1 de octubre llegará al Teatro de la Comedia El sueño de una noche de verano de Shakespeare, a cargo de la quinta promoción de la Joven Compañía de Teatro Clásico y dirigido por Bárbara Lluch. Finalmente, el 18 de noviembre, la CNTC estrenará El enfermo imaginario, de Molière, con dirección de Josep María Flotats, que lleva a escena un texto que ahora se carga de mayor significado a la hora de plantear la idea "del miedo frente a la enfermedad".

Tras el capítulo de recuperaciones de obras canceladas, Homar anunciaba el estreno de La comedia de maravillas, un texto del siglo XVIII de Ramón de la Cruz que dirigirá él. Una obra que aglutina varios sainetes y piezas breves del autor en torno al mundo del teatro, con una dramaturgia que firma Luisa Cunillé y música de Chueca. El 14 de enero llegará Fandangos y tonadillas, dirigido por Laura Ortega, "una fiesta de cuatro días en las que intervendrán la música, el teatro y la danza" ya que se trata de un proyecto con música en directo en colaboración con la Compañía Nacional de Danza que dirige Joaquín de Luz.

"Y de ahí pasamos a algo gordo, que creemos que no se ha hecho todavía", anunciaba Homar, "El príncipe constante, de Calderón de la Barca, algo inconmensurable, un referente y un texto que ha marcado dramaturgias europeas, un viaje desde lo individual hacia lo trascendente". La obra será dirigida por Xavier Albertí, exdirector de Teatro Nacional de Cataluña y Homar formará parte del reparto. Pero no será el único montaje que aborde este texto de Calderón. Homar explicaba que la CNTC estrenará además la obra Esta primavera fugitiva, del dramaturgo y director Alberto Conejero: "Abrimos una ventana a la coexistencia entre lo clásico y lo contemporáneo con un texto de Conejero, un loco y un gran conocedor de la obra El príncipe Constante de Calderón y le propusimos que hiciera durante 5 días de ensayos su visión contemporánea sobre este texto". En el reparto, Susi Sánchez, José Troncoso y el propio Conejero.

Otra de las propuestas de Lluís Homar al frente de la compañía será Las troyanas, de Séneca, primera incursión en la dirección de Adriana Ozores, "una actriz es parte viva de los nueve o diez primeros años de la CNTC, vinculada a la época de Adolfo Marsillach", y con versión de la escritora, guionista y exministra de Cultura Ángeles González-Sinde. Tras este montaje, el Teatro de la Comedia estrenará Castelvines y Monteses, de Lope de Vega, una coproducción con Barco Pirata, dirigida por Sergio Peris-Mencheta y con Paula Iwasaki encabezando el reparto. Una obra que Homar defendía como una apuesta para rejuvenecer el patio de butacas del teatro de la calle Príncipe: "No queremos que nadie se sienta excluido, pero queremos ver el patio de butacas con gente joven, hacemos teatro contemporáneo, porque el clásico también lo es". Además, el dramaturgo argentino Sergio Blanco, referente de la autoficción en el teatro, repetirá la experiencia de Alberto Conejero y escribirá, desde una mirada contemporánea y a partir de cinco días de ensayos, la obra Divina invención o la celebración del amor.

Otro de los montajes que incorpora la CNTC esta temporada será Ricardo III Redux, de Sara Beer y Arte nuevo de hacer teatro para los jóvenes de nuestro tiempo, "un espectáculo desde los jóvenes y para los jóvenes" ideado por Mariano Estudillo que se mostrará a docentes y tendrá un recorrido en centros educativos. Se trata de una coproducción con Tábula Rasa.

Entre otros cambios visibles, Homar explicaba además que le han cambiado la cara al vestíbulo del Teatro de La Comedia, en un intento de modernizar el espacio; se ha modificado el logo de la Compañía y se publicarán los textos que se estrenen en una versión de 3 euros e incluirán "un prólogo que hemos encargado a distintas personalidades de distintos ámbitos, desde filólogos, filósofos, con una mirada más amplia". También habrá modificaciones en los cuadernos pedagógicos

 
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