Internacional

Trump elige a la antiabortista Amy Coney Barrett como candidata al Tribunal Supremo

Biden pide al Senado que no ratifique el nombramiento hasta la elección de un nuevo presidente tras los comicios del 3 de noviembre

El anuncio ha sido criticado rápidamente por el candidato demócrata a la Casa Blanca y exvicepresidente, Joe Biden

Donald Trump, en un evento para anunciar a su nominada Amy Coney Barrett para que ocupe el asiento de la Corte Suprema que quedó vacante por la muerte de la jueza Ruth Bader Ginsburg / CARLOS BARRIA Reuters

Madrid

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado que nominará formalmente a la jueza conservadora Amy Coney Barrett para ocupar la vacante que ha dejado en el Tribunal Supremo la difunta jueza progresista Ruth Bader Ginsburg, lo que abre un proceso de ratificación en el Senado a pocas semanas de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.

El mandatario estadounidense ha afirmado que Barret es una mujer con una inteligencia "imponente" y una "lealtad inquebrantable a la Constitución", además de resaltar la importancia que tiene esta nominación para un presidente de Estados Unidos. El anuncio ha sido criticado rápidamente por el candidato demócrata a la Casa Blanca y exvicepresidente, Joe Biden, quien ha recordado que Amy Coney Barrett se posicionó en contra de la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible, el 'Obamacare'.

Barret debe ser confirmada por el Senado, donde el Partido Republicano de Trump tiene mayoría, por lo que se espera que sea ratificada sin problemas, a pesar de que se trata de un proceso sumamente politizado. De hecho, las senadoras republicanas Susan Collins y Lisa Murkowski ya han expresado su rechazo a esta nominación.

El jefe de la Comisión Judicial del Senado, el republicano Lindsey Graham, ha avanzado en 'Fox News' que el proceso de ratificación comenzará el 12 de octubre, subrayando que su duración dependerá de la resistencia de los demócratas.

La confirmación de los nuevos magistrados del Tribunal Supremo suele durar dos meses, un plazo que Biden ha pedido que se respete, planteando que el Senado no decida sobre Barret hasta después de las elecciones presidenciales. "La Constitución de Estados Unidos fue diseñada para dar a los votantes una oportunidad de hacer que su voz sea escuchada. Ese momento es ahora y su voz debe de ser escuchada. El Senado no debe actuar sobre esta vacante hasta que los estadounidenses hayan elegido a su próximo presidente y al próximo Congreso", ha defendido Biden en un comunicado.

Graham ha advertido a los demócratas de que cualquier intento de bloquear la designación definitiva de Barret podría suponerles un varapalo en las urnas el próximo 3 de noviembre. "Si la tratan como le trataron a él (Brett Kavanaugh), les va a explotar en la cara (...). Si continúan con su patrón de menospreciar a esta nominada, creo que el pueblo estadounidense les devolverá el golpe y lo hará fuerte", ha augurado.

Mayoría conservadora en el Supremo

Barret, de 48 años, es una jueza federal nacida en Indiana y conocida por sus opiniones católicas, conservadoras y antiabortistas. Su elección apuntalaría durante décadas una clara mayoría conservadora en el Supremo, órgano clave por su capacidad para interpretar leyes y derechos fundamentales. Los miembros del Supremo son cargos vitalicios.

En el último año de la presidencia de Barack Obama, el Senado, de mayoría republicana, bloqueó el nombramiento de un juez que ocupara la vacante surgida en el Tribunal Supremo tras la muerte del magistrado del Supremo Antonin Scalia por ser año electoral. Sin embargo, este año, los senadores republicanos parecen dispuestos a confirmar al nominado por Trump antes de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, pese al anunciado rechazo demócrata. La propia Ginsburg dijo a su nieta antes de morir que su último deseo era no ser reemplazada hasta que tomara posesión como presidente el candidato ganador de las elecciones.

Barret se uniría a Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh como la tercera jueza del Supremo nombrada por Donald Trump en su primer mandato, una cifra inusualmente alta en solo cuatro años. Trump nombró jueza del 7º Circuito del Apelaciones con sede en Chicago a Barrett hace apenas tres años. Antes, fue durante 15 años profesora de Derecho en la Universidad de Notre Dame y ejerció como ayudante del juez el Supremo Antonin Scalia, de gran prestigio entre los conservadores. Barret tiene posiciones marcadamente conservadoras en cuestiones como el aborto o la política de seguros sanitarios. De ser elegida, será la integrante del Supremo más joven.

 
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