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Nada de soplar: pelar un huevo cocido de manera perfecta tiene un truco todavía más sencillo

Si eres de los que se frustran cada vez que intenta hacer huevos cocidos porque se les rompe la cáscara en la cocción o porque se pelan con dificultad este es el truco definitivo que necesitas saber

Pelar el huevo cocido de manera perfecta es posible con este sencillo truco que te va a cambiar la vida. / Ricardo DeAratanha GettyImages

Madrid

La cocción del huevo duro es una de las elaboraciones culinarias más sencillas que existe, pero para muchas personas este proceso se vuelve dificultoso cuando se rompe la cáscara al introducir el huevo en el agua o cuando para pelarlo se acaba rompiendo, de manera que la estética del huevo se pierde completamente.

¿Cuál es el secreto?, ¿Hay algún truco para que la mayoría de cocineros consigan cocer huevos apolíneos? La Verdad es que no se trata de ninguna casualidad. La perfección en el cocinado de los huevos duros tiene su origen en un sencillo truco que nunca te habías planteado pero que es muy importante para conseguir el resultado esperado.

Un truco muy sencillo pero que marca la gran diferencia

Para su realización habrá que calentar una olla con agua y sumergir los huevos durante unos 11-12 minutos. Esta es la teoría que todo el mundo sabe, pero los secretos que rodean esta elaboración comienzan con echar un chorro de vinagre de vino y una pizca de sal en el agua cuando se lleva a hervir. De esta manera, el agua facilitará la coagulación de las proteínas del huevo y sellará la grieta que pueda formarse en la cáscara para evitar que el huevo salga hacia el exterior y termine esparciéndose por el agua.

Otra de las razones que pueden llevar a los huevos a romperse fácilmente es la temperatura que tengan a la hora de introducirlos en el agua. Si está recién salido de la nevera, al sumergirse en el líquido hirviendo lo más seguro es que se rompa, debido al cambio tan brusco de temperatura. Sin embargo, si los huevos están a temperatura ambiente no tiene por qué suceder esto, siempre que se haya echado antes vinagre y sal. De forma contraria, si se nos ha olvidado sacarlos con tiempo de la nevera se pueden introducir en la olla cuando todavía no ha llegado al punto de ebullición. Si se elabora de esta manera habrá que dejar los huevos durante dos minutos más del tiempo estimado anteriormente.

La importancia de medir el tiempo

El tiempo de cocción también es muy importante, calcularlo ayudará a que no se pase ni se quede poco hecha la yema. Cuando se deja en ebullición más tiempo del debido el huevo queda gomoso, y en ocasiones la yema puede llegar a tener una apariencia grisácea o verdosa, y la clara un olor desagradable. Esto se debe a los átomos de azufre que contiene la proteína de la clara y que se liberan cuando el tiempo de cocción ha sido excesivo.

Si ocurre esto no tiene por qué sentar mal, se puede comer, pero el aspecto no será el esperado y hacer, por ejemplo, huevos rellenos, será bastante dificultoso. Pero eso ya no debe preocuparte, porque conoces los trucos que se esconden detrás de la perfección del huevo duro.

 
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