Condenado un grupo que drogaba y robaba a clientes de prostitución en Madrid

Madrid

Cinco personas han sido condenadas en Madrid por drogar y robar más de 200.000 euros a quince hombres que, en su mayoría, buscaban prostitutas en bares de la capital. Las condenas, de entre cuatro meses y un año y dos meses de prisión, implica que los acusados no tendrán que entrar en prisión por unos hechos que tuvieron lugar entre 2011 y 2012 y la Fiscalía, que pidió condenas más altas y por más delitos, ha optado por no recurrir la sentencia.

El modus operandi de este grupo, según la sentencia de la Audiencia Provincial madrileña a la que ha tenido acceso la Cadena SER, era siempre el mismo. Varias mujeres contactaban en bares de la capital con hombres que buscaban prostitutas y les llevaban a un piso que controlaba el cabecilla del grupo: para entonces ya habían anulado su voluntad echando una sustancia desconocida en su bebida y los hombres despertaban al día siguiente sin recordar absolutamente nada.

Lo que había pasado la noche anterior, según la Justicia, es que completamente anulados por esa sustancia habían autorizado decenas de transferencias de dinero de sus cuentas personales y de las empresas para las que trabajaban a cuentas de sociedades controladas por el cabecilla del grupo. Más de cien transferencias que se traducen en más de 215.000 euros conseguidos de las cuentas de quince hombres.

La Audiencia Provincial de Madrid ha decidido condenar por delitos de estafa y falsedad documental a cinco miembros de este grupo además de obligarles a devolver el dinero a los afectados. Las condenas más altas son de un año y dos meses de prisión para el cabecilla del grupo y para una de las mujeres y el resto, de entre cuatro y seis meses de cárcel, para tres prostitutas que les captaban en los bares. La Fiscalía, que inicialmente les acusaba también de organización criminal, ha renunciado a recurrir la sentencia.

"Mucha locura freudiana"

A lo largo del proceso el principal acusado negó que en su piso, donde se alquilaban habitaciones y se ofrecían bebidas, se explotase sexualmente a mujeres aunque sí reconoció que "las habitaciones se alquilaban en ocasiones a clientes que acudían con una prostituta para mantener relaciones sexuales" aunque explicando que ofrecían servicios de "alto standing" para satisfacer "mucha locura freudiana". Negó que drogasen a los hombres que llegaban allí y aseguró que cobraba el dinero de sus tarjetas porque las prostitutas no podían hacerlo.

Los jueces de la Audiencia Provincial, sin embargo, otorgan más credibilidad a los hombres que acudían allí drogados y autorizaban sin saberlo transferencias de miles de euros, explicando alguno que "se sentía como si todo le diera igual y no tenía voluntad" y concluyendo los jueces que el hecho "llamativo" de que "algunos admitan haber solicitado, recibido y pagado voluntariamente servicios sexuales, pero nunca por la referidas cantidades" es algo que "abunda en la credibilidad del testimonio".

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Algunos de los perjudicados por este grupo no comparecieron en el juicio. El tribunal detecta diferencias entre sus primeras denuncias y lo dicho en el juicio pero concluyen que "esta discrepancia puede deberse a la imprecisión de su recuerdo acerca de lo acaecido el día de autos, pero también, y así lo entiende la Sala, a lo comprometido para su reputación de unos hechos relacionados con el uso de la prostitución".