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Coronavirus Covid-19

Por qué la próxima pandemia puede aparecer en una granja ganadera

Según ProVeg, si no se revisa la ganadería industrial, el riesgo de una nueva pandemia es "extremadamente alto"

Los epidemiólogos alertan también sobre los riesgos del uso de antibióticos en las grandes granjas

Los productores de porcino aseguran que España es el único país que ha limitado el tamaño de las granjas

Una granja de gallinas, en la provincia china de Hebei. / Costfoto/Barcroft Media Getty Images

Madrid

"Existe una innegable conexión entre las pandemias, como la provocada por la COVID-19, y nuestro sistema alimentario basado en animales". Esa es la principal conclusión del Informe sobre Pandemias y Alimentación (Parte I), elaborado por ProVeg Internacionaluna organización que tiene como objetivo reducir a la mitad el consumo de productos alimentarios de origen animal en 2040. Pero la existencia de esa conexión, en realidad, no es algo nuevo, ni tampoco algo que solo se defienda en círculos animalistas o lobbies veganos.

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En las últimas semanas, instituciones como WWF, la Universidad de Cambridge o el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente han publicado informes que también relacionan el sistema alimentario con las pandemias.

La palabra clave es zoonosis, un término científico que alude a las enfermedades que se transmiten de los animales a las personas, y viceversa, y tras le cual hay enfermedades como el sida, la gripe aviar, la gripe porcina (H1N1), el zika, el ébola, el chikungunya o la COVID-19.

Según los investigadores de ProVeg, la zoonosis cuenta con tres factores de riesgo principales: la pérdida de biodiversidad (impulsada en gran parte por la ganadería), el uso de animales salvajes como alimento, y el consumo alimentario basada en la ganadería industrial.

Un riesgo "extremadamente alto"

El informe, de hecho, apunta que "la actividad humana que más riesgo tiene de generar pandemias como la actual es la cría intensiva de animales para alimentación". En su opinión, "si la Unión Europea no remodela la Política Agrícola Común (PAC) teniendo en cuenta los objetivos climáticos establecidos en el Acuerdo Verde Europeo, la probabilidad de una nueva pandemia es extremadamente alta".

Pero, ¿por qué? "A veces, al haber contactos estrechos entre los animales y sus cuidadores, el virus puede mutar y pasar al ser humano", explica el epidemiólogo Javier del Águila. "Y son potencialmente pandémicos porque pueden surgir cepas con un potencial de transmisión mucho mayor. Una granja, al final, es como un laboratorio en el que constantemente se están produciendo mezclas y mutaciones".

De la zoonosis a la resistencia antibacteriana

Del Águila, que es médico residente de Medicina Preventiva y Salud Pública, señala que la relación entre las pandemias, el cambio climático y la producción alimentaria ya forma parte del enfoque multisectorial One Health (Una Salud), diseñado por la Organización Mundial de la Salud. "Es una cuestión muy compleja porque todo está conectado", explica por teléfono. "Pero los epidemiólogos llevamos 20 años estudiando las relaciones y los riesgos de la ganadería industrial. Todas las grandes revistas científicas están ocupándose del asunto".

La gran amenaza de las llamadas macrogranjas, de hecho, no es tanto la zoonosis como el uso indiscriminado de antibióticos. "El mayor riesgo de la ganadería intensiva es la resistencia antimicrobiana", dice Del Águila. "Los veterinarios que se dedican a la Salud Pública llevan décadas con este asunto. Es el problema más grave porque en 20 o 30 años podríamos habernos quedado sin antibióticos. Si eso sucede, va a causar muchísimas más muertes, así que es una prioridad absoluta".

Posibles soluciones

Cristina Rodrigo, la portavoz de ProVeg en España, propone seguir trabajando en una transición hacia dietas más basadas en productos vegetales para, así, poder reducir al máximo la ganadería industrial. Un objetivo que, según cuenta, encaja con la Estrategia 'De La Granja A La Mesa', impulsada por la Comisión Europea,

"Si reducimos el consumo de productos de origen animal, las granjas industriales deberían desaparecer en algún momento. Hay que impulsar una transición como la energética, pero que tenga en cuenta a la gente que vive de eso", señala.

ProVeg nació, en 2017, con una misión: reducir a la mitad el consumo de alimentos de origen animal en 2040. Un objetivo "muy ambicioso" que, de momento, parece estar cumpliéndose en lo que se refiere a la carne de vacuno, cuyo pico de consumo podría haberse alcanzado ya, pero no con la carne de ave o el pescado, tanto el salvaje como el de acuicultura. "La gente no lo asocia tanto al cambio climático, como sí pasa ya con las vacas", explica.

"Absolutamente falso"

La opinión de Miguel Ángel Higuera, director de la Asociación Nacional de Productores de Ganado Porcino (Anprogapor), no se corresponde en absoluto con las conclusiones del informe de ProVeg: "Cuando alguien quiere ligar las pandemias con este asunto, lo hacen por denostarnos. Es algo propagandístico".

Como portavoz de un sector que mueve casi 8.900 millones de euros al año (42% de la actividad ganadera en España), exportando el 50% de lo que produce (con China como principal mercado, sobre todo tras el brote de peste porcina africana que obligó a sacrificar millones de cerdos en Asia) y que da trabajo —directa o indirectamente— a más de 1,2 millones de personas (sobre todo, de zonas rurales), Higuera asegura que el nexo entre la ganadería y una futura pandemia es "absolutamente falso".

Veterinario de formación, el director de Anprogapor señala que "España es el único país del mundo que ha limitado el tamaño de las granjas" y que, al contar con todo tipo de controles oficiales, estas son, precisamente, "el único sitio donde tenemos garantías de que se pueden controlar las zoonosis".

Una cuestión de tamaño

Higuera explica que, según establece el Real Decreto 306/2020, la capacidad máxima de una granja española puede ser de 721 unidades de ganado mayor, lo cual equivale a 6.000 cerdos de cebo (excepcionalmente, si así lo autoriza la administración autonómica correspondiente, puedo llegar a ser de 7.200).

En países como Holanda o Dinamarca, según cuenta, las granjas suelen ser el doble de grandes, y sin la distancia mínima de un kilómetro (entre ellas o respecto a un núcleo de población) que sí contempla la legislación española. Pero en Asia es todo mucho más a lo grande. "Una granja de madres en ciclo cerrado, en España, puede tener un máximo de 750. Y a partir de 10.000 ya nos parece desproporcionado", explica. "En China están construyendo una con capacidad para 82.000".

"Hay países en los que alguien se puede comer un animal mordido por un murciélago, pero en España, gracias a los controles del Ministerio de Sanidad, no hay problemas de este tipo. ¡Los veterinarios han sido grandes impulsores de One Health! Y obviamente, hay que seguir trabajando", asegura. "Pero donde hay seguridad es donde hay control. De hecho, hemos echado de menos que durante esta pandemia no se haya contado más con los epidemiólogos veterinarios".

¿10 coches o un autobús?

Higuera admite que no comparte algunas de las premisas de la Estrategia 'De La Granja A La Mesa' porque, en su opinión, solo las granjas de cierto tamaño aseguran la optimización de la eficiencia, la seguridad y el aprovechamiento de recursos. "¿Qué contamina más, 10 coches o un autobús?", se pregunta. "Porque las granjas pequeñas están exentas de cumplir la normativa de emisiones industriales".

El portavoz de los productores de ganado porcino sí reconoce que las granjas españolas han estado, durante años, a la cabeza de Europa en el uso de antibióticos, pero asegura que ya se han tomado cartas en el asunto y que entre 2014 y 2019 se ha reducido un 58,84%.

Carlos G. Cano

Carlos G. Cano

Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...

 
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