¿Puede la venta de test de coronavirus en supermercados frenar la pandemia?

Madrid

Cada caja cuesta 25 euros y contiene 5 test rápidos de coronavirus. Se venden en los estantes de algunas grandes superficies en Alemania y este fin de semana se agotaron en pocos minutos. De una veintena de tipos de test presentados por distintos laboratorios, el organismo competente alemán autorizó solo tres para que pudieran estar presentes en hipermercados como Aldi y Lidl. En concreto, las pruebas Rapid SARS-CoV-2 Antigen Test Card, LYHER Covid-19 Antigen Schnelltest (Nasal) y CLINITEST Rapid COVID-19 Self-Test.

A las siete de la mañana, hora de apertura de puertas de los centros comerciales, grupos de personas hacían cola y esperaban pacientemente para hacerse con sus pruebas rápidas para detectar el SARS CoV-2. Una situación que se ha repetido en los distintos estados.

La pregunta es si la venta libre de estos test de coronavirus en supermercados y farmacias será capaz de frenar los contagios y contener la pandemia. En opinión del presidente de la Asociación Española de Vacunología, Amós García, esta estrategia debería incluir una prescripción facultativa.

"Creo que todo ese tipo de elementos debe de formar parte de una prescripción clínica ante una situación sospechosa de infección. El que un producto diagnóstico se ponga en la repisa de un supermercado junto a cereales o yogures me parece que no es el método adecuado para intentar solucionar un problema sanitario de una envergadura tal como la pandemia", explica Amós García. 

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Otros especialistas como el doctor César Carballo apuesta por este tipo de estrategias y cree que la venta libre de este tipo de pruebas resulta últil para frenar los contagios y cortar las cadenas de transmisión. "Llevamos diciendo hace mucho tiempo la necesidad de liberalizar los autotest. Una muy buena noticia que puede ayudarnos a minimizar la cuarta ola... Pero hay q copiar... Y ya", escribió en Twitter.

Los responsables de los centros comerciales de Aldi eran conscientes de la potencial demanda por lo que decidieron limitar la cantidad de test que podía adquirir cada cliente. Y ya han anunciado su intención de reponer en breve los productos agotados.

Lidl ha comenzado también a vender las pruebas rápidas de coronavirus, pero solo a través de su página web. En un primer momento tuvo problemas con su servidor que se colapsó ante la avalancha de usuarios.

Venta de test en droguerías y farmacias

Ante la autorización de la venta libre de estos test, otras grandes cadenas de distribución como Rewe y Edeka; y las droguerías dm y Rossmann, tienen previsto comenzar a vender estos test. Las farmacias también han mostrado su intención de venderlos.

Los test rápidos son, junto a la campaña de vacunación, un pilar clave de la estrategia de desescalada del Gobierno alemán. El Ejecutivo cree que el uso masivo de estas pruebas puede ayudra a detectar de formar más rápida los contagios y contribuir a frenarlos.

Tímida desescalada en Alemania

Alemania comienza este lunes una tímida desescalada y algunos comercios no esenciales abren tras cerca de tres meses con la persiana cerrada. Desde esta semana se permiten reuniones privadas de hasta cinco personas dentro de los domicilios.

Lo cierto es que en los últimos días se ha observado una ligera tendencia al alza en el número de contagios. Unas circunstancia que algunos especialistas atribuyen a la presencia de nuevas variantes dle virus. La incidencia semanal del coronavirus en Alemania subió en las últimas 24 horas de 66,1 a 68,0 contagios por 100.000 habitantes, según los últimos datos del Instituto Robert Koch (RKI) de virología.

En total se registraron 5.011 nuevos contagios y 34 desenlaces mortales, lo que representa la cifra baja en lo que va del año en cuanto a fallecimientos se refiere. Alemania ha vacunado a 4,915 millones de personas, de los que sólo 2,410 millones han recibido las dos dosis (2,9 % de la población).

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