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El COVID-19 incrementa los casos de muerte súbita

Aunque en España no hay cifras oficiales, Julián Pérez, presidente electo de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), cree que pueden ser similares a los de Italia donde el incremento extrahospitalario ha sido de un 58%

Sanitarios atendiendo a un paciente de COVID-19. / GettyImages GettyImages

Madrid

La muerte súbita ha aumentado tanto en hospitales como fuera de ellos coincidiendo con la pandemia. Aunque en España no hay cifras oficiales, Julián Pérez Villacastín, presidente electo de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), cree que podrían ser similares a los de Italia donde el incremento extrahospitalario ha sido de un 58%, comparado con el año anterior

Todos los fármacos que inicialmente se recomendaban para el tratamiento del COVID, como la hidroxicloroquina, la azitromicina o los antiretrovirales, producen alteraciones eléctricas en el corazón. Por fortuna, dice Pérez Villacastín, "se han demostrado que no son útiles y hoy en día prácticamente se han dejado de utilizar".

Que el COVID-19 se asocie a un incremento de las muertes súbitas, dice Pérez Villacastín, no es de extrañar. "Sabemos que las epidemias de gripe, por ejemplo, se asocian claramente a un incremento de los infartos de miocardio, ictus, y muerte súbita, y conocemos también, que vacuna de la gripe disminuye los fallecimientos sobre todo todo en pacientes crónicos".

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Todos los datos apuntan a que la causa de la muerte súbita en personas que han padecido COVID puede ser multifactorial: por un lado podríamos decir que al tener poco oxígeno en sangre, como sucede en los cuadros respiratorios más graves que produce este virus, sufren todos los órganos y especialmente el cerebro y el corazón. Esto puede provocar que se produzcan infartos sin que realmente se ocluyan las coronarias, sólo por el hecho de que no llega suficiente sangre a los tejidos, los cuales necesitan una cantidad extraordinaria de oxígeno. Además, estos infartos o micro infartos en el corazón, no solo afectan al músculo cardíaco sino que afectan al sistema eléctrico y esto puede favorecer las arritmias, que a fin de cuentas y en muchos casos, son las responsables de la muerte súbita.

Por otro lado, cada vez conocemos mejor que este virus provoca que la propia inmunidad del organismo se vuelva contra el sujeto que lo padece, "de manera que una de las cosas que producen son trombosis. Esta alteración inmunológica disparada por el virus daña al propio organismo y provoca un estado pro-trombótico que favorece que la sangre se coagule más fácilmente. Estos coágulos pueden producirse en venas y arterias grandes y pequeñas, de manera que se altera significativamente la circulación de la sangre estropeándose los los órganos más importantes como corazón, pulmones, hígado y riñones con las consiguientes disfunciones que esto supone".

Entonces, si sumamos la falta de oxígeno en algunos pacientes, más el estado pro-trombótico, más el reposo, que muchas veces es obligatorio y que hace que las personas tengan que estar sin moverse, pues es como la tormenta perfecta para que se produzca la trombosis.

Otro aspecto que tenemos que tener en cuenta es que todos los fármacos que inicialmente se recomendaban para el tratamiento del COVID, como la hidroxicloroquina, la azitromicina o los antiretrovirales, producen alteraciones eléctricas en el corazón. Por fortuna, dice Pérez Villacastín, "se han demostrado que no son útiles y hoy en día prácticamente se han dejado de utilizar".

¿Qué podemos hacer para disminuir la incidencia de muerte súbita?

"Algunas cosas las hacemos los médicos, como por ejemplo administrar corticoides para evitar la inflamación o anticoagulantes, como heparina subcutánea, para prevenir la trombosis". Pero las personas que padecen coronavirus también pueden hacer ellas mismas algunas cosas para disminuir la incidencia de muerte súbita: "pueden estar atentos al cuerpo y si tiene síntomas como palpitaciones, que no notaba antes, dolor en el pecho, mareos o pérdida de conocimiento, debe acudir al médico con relativa urgencia para conocer cuál es la posible causa".

Una vez recuperados de la infección, cuando ya no se tiene fiebre y el estado general es bueno, "es muy importante moverse, mover las piernas para aumentar la circulación, porque esto dificulta la formación de trombos, independientemente de que todavía se esté con anticoagulantes. El ejercicio expande los pulmones y favorece la oxigenación. Hay que moverse y no quedarse en casa sentado en el sillón. Es importante para una recuperación adecuada".

 
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