Ciencia y tecnología
Hallazgos arqueológicos

Descubierta la tumba humana más antigua en Africa, la cuna de nuestra especie

Se trata del esqueleto de un niño que hace 78.000 años fue enterrado en el continente africano y podría plantear nuevos interrogantes sobre la evolución en la cultura mortuoria de los inicios de la especie

Madrid

El esqueleto de un niño de tres años de edad que murió hace 78.000 años es el enterramiento de un ser humano más antiguo descubierto hasta ahora en el continente africano, considerado como la "cuna" de los "homo sapiens". El hallazgo ha sido realizado por un equipo internacional de científicos de Kenia, Alemania y España y es la portada hoy en la prestigiosa revista "Nature". Sin embargo, las tumbas de los humanos modernos más antiguas todavía están en Eurasia, porque tienen unos 120.000 años de antigüedad.

 A este niño que vivió hace 78.000 años en la costa de Kenia sus descubridores le han puesto el nombre de "Mtoto", que en suajili significa "el niño", y fue enterrado, a unos 3 metros de profundidad, con una especie de almohada y un sudario.

A pesar de que África se considera la cuna de los "homo sapiens", esta es la tumba más antigua descubierta hasta ahora, pero es unos 40.000 años más moderna que otras encontradas en Eurasia, que alcanzan los 120.000 años de antigüedad.

Sin embargo, este yacimiento situado en la costa de Kenia está siendo un "enclave fundamental para investigar el origen de nuestra especie", como explica Nicole Boivin, investigadora principal de este proyecto internacional de investigación.

En 2013 se encontraron los primeros fragmentos de hueso de este niño, pero no sería hasta la excavación de 2017 cuando la cavidad en la que se hallaba el cuerpo quedó completamente expuesta. Se trataba de una cavidad circular situada a unos tres metros por debajo del suelo actual de la cueva, rellena de sedimento y una acumulación de huesos frágiles y muy degradados. Dada su delicadeza, el bloque fue estabilizado y escayolado.

"En ese momento, no estábamos seguros de qué habíamos encontrado. Los huesos eran demasiado delicados para estudiarlos in situ", señala Emmanuel Ndiema, de los Museos Nacionales de Kenia. "Estábamos entusiasmados con el hallazgo, pero pasaría un tiempo antes de que comprendiéramos su importancia".

Restos humanos

Una vez escayolado, el bloque fue transportado primero a Nairobi y luego a Burgos, para su análisis especializado en los laboratorios de Conservación y Restauración del CENIEH, el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana.

Dos dientes, visibles en la superficie durante la excavación, llevaron a los investigadores a sospechar que los restos podrían ser humanos. La identificación anatómica y taxonómica del fósil fue llevada a cabo por el Grupo de Antropología Dental del CENIEH en colaboración con Juan Luis Arsuaga y Elena Santos. Este análisis confirmó que los restos óseos pertenecían a un niño humano de 2,5 a 3 años de edad.

Durante más de un año, la responsable del Laboratorio de Conservación y Restauración del CENIEH, Pilar Fernández-Colón, trabajó en la minuciosa excavación del bloque de sedimento, con la dificultad añadida de la extrema fragilidad y consistencia pulverulenta de los huesos. "Comenzaron a perfilarse partes del cráneo y la cara, con la articulación intacta de la mandíbula y algunos dientes cuya raíz aún no se había formado", explica la paleoantropóloga María Martinón-Torres, directora del CENIEH. "La articulación de la columna vertebral y las costillas también se conservaba, e incluso se mantenía la curvatura de la caja torácica. Todo esto apuntaba a que se trataba de un enterramiento deliberado y que la descomposición del cuerpo había ocurrido en la misma cavidad en la que se habían hallado los huesos".

Enterramientos humanos

La datación por luminiscencia indica que Mtoto murió hace 78.000 años y, por lo tanto, es el enterramiento humano más antiguo conocido en África hasta la fecha. Los enterramientos posteriores de la Edad de Piedra en África también incluyen a personas jóvenes, lo que sugiere un tratamiento especial de los cuerpos de los niños en este período de la prehistoria.

Aunque el descubrimiento de Panga ya Saidi representa la evidencia más antigua de un enterramiento intencional en África, las evidencias funerarias de humanos modernos en Eurasia son más antiguas. De hecho, se remontan a los 120.000 años e incluyen adultos y una proporción importante de niños y jóvenes.

El motivo de la falta de enterramientos con cronologías equivalentes en África sigue siendo un misterio y podría reflejar diferencias en las prácticas mortuorias entre continentes o la necesidad de un trabajo de campo más exhaustivo en algunas regiones del continente africano.

"El enterramiento de Panga ya Saidi muestra que la inhumación de los muertos es una práctica cultural compartida por Homo sapiens y neandertales", señala Michael Petraglia, del MPI-SHH, el Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana. "Este hallazgo plantea nuevos interrogantes sobre el origen y la evolución de la cultura de la muerte en dos especies humanas estrechamente relacionadas, y en qué grado nuestro comportamiento y nuestras emociones eran diferentes".

Javier Gregori

Javier Gregori

Periodista especializado en ciencia y medio ambiente. Desde 1989 trabaja en los Servicios Informativos...

 
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