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Miquel Iceta, el ministro de Cultura que no quería serlo

El nuevo titular de Cultura cree que estamos en condiciones de ser una "superpotencia cultural", esgrime la idea de federalismo cultural y defiende la cultura frente a la homofobia y la barbarie

El nuevo ministro de Cultura y Deportes, Miquel Iceta / Jesús Hellín EUROPA PRESS

Madrid

"Siento mucho dejar este ministerio, lo quiero decir así de claro, aquí hemos puesto mucha ilusión y muchas horas", decía este lunes Miquel Iceta en el traspaso de la cartera de Política Territorial a su sucesora, Isabel Rodríguez. Pero lo cierto es que dos horas después, Iceta pronunciaba uno de los discursos con más nervio -a pesar de sentirse desubicado- que se recuerdan en la toma de posesión de un ministro de Cultura, un discurso que comenzaba en las cuatro lenguas cooficiales: “El carácter plurilingüe de España conseja practicar un federalismo cultural y desde luego yo me apresto a ello”.

Además del federalismo cultural, Iceta también reivindicaba el uso de la palabra España: "Hay que hablar de España, hay gente a la que le cuesta, pero a mí no. Intento siempre llevar el escudo de España porque no he visto cosa más inclusiva, integradora, diversa y potente", ha dicho el nuevo ministro, subrayando que "somos una gran potencia cultural y deportiva en el mundo y estamos en condiciones de ser una gran superpotencia". España, ha dicho Iceta, es un "país de creadores" con una "lengua común, vital y poderosa" y ha defendido que "cultura y educación son los instrumentos más importantes de progreso social y de igualdad de oportunidades".

El nuevo ministro confesaba en su discurso que asume la cartera de Cultura "con ilusión, con humildad y sentido de la responsabilidad", admitiendo que, tras ver la lista de sus predecesores -Jorge Semprún, Jordi Solé Tura, Ángeles González Sinde o José Guirao-, se sentía pequeño: "cada vez me encogía más, al final de esa nómina se ve uno pequeño y, por lo tanto, ya les anuncio que no me gusta generar falsas expectativas y no llegaré a estos niveles, pero sí tendré el estímulo para esforzarme cada día". Iceta tenía, además, un recuerdo para Carmen Alborch y decía sentir "un estremecimiento ante la imposibilidad de imaginar un mundo en el que ella no está".

Un acto de toma de posesión que se ha celebrado en el auditorio del ministerio de Cultura y al que ha acudido un público mayoritariamente masculino y con abundancia de corbatas. Entre los asistentes: Gregorio Marañón, Ignacio García Belenguer y Joan Matabosch, presidente, gerente y director artístico del Teatro Real, respectivamente; el director del Museo del Prado, Miguel Falomir y del Reina Sofía, Manuel Borja-Villel; el director del Festival de Almagro, Ignacio García; el responsable del Teatro de la Zarzuela, Daniel Bianco o el director de la Compañía Nacional de Danza, Joaquín de Luz. Además, entre los asistentes se encontraban el presidente de la RFEF, Luis Rubiales, y el presidente del COE, Alejandro Blanco.

En el escenario del auditorio acompañaban a Iceta el ministro saliente, José Manuel Rodríguez Uribes y la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero. A ella se ha referido en un momento de su discurso, provocando las risas entre el público: "Venimos de un tiempo muy complicado tanto la cultura como el deporte han sufrido la pandemia de forma especial y no podemos empezar mejor en presencia de la ministra de Hacienda y función pública (Risas), veo que me han entendido bien, no hace falta que me extienda"

En su discurso, de 20 minutos, Iceta ha defendido la cultura frente a la barbarie y ha recordado el asesinato del joven Samuel Luiz: "La cultura es lo que respiramos  juntos, lo que nos convierte en comunidad, unidos en la diversidad, libres para ser quiénes somos, para compartir, para construir, para debatir, para disentir, para enseñar y para aprender. Solo un país culto puede ser un país libre: la cultura es lo contrario a la barbarie, la cultura implica entre otras cosas tolerancia, respeto y convivencia y, en ese sentido, aun hoy y por mucho tiempo, no puedo dejar de pensar en Samuel Luiz, ese joven gallego de 24 años asesinado brutalmente, víctima de la violencia, del odio, de la intolerancia y, sí, de la homofobia"

"Reivindico la cultura frente al odio, cultura y memoria, cultura y civilidad, cultura para la mediación, para construir puentes, para establecer conexiones afectivas, para tener una mirada limpia que rompa prejuicios y abra puertas", ha añadido el  nuevo ministro de Cultura.

Iceta también ha reivindicado la dimensión económica e industrial del sector, aludiendo fundamentalmente al sector audiovisual: "A algunos todavía nos cuesta decir industria cultural porque le hemos dado a la cultura una perspectiva estrictamente humanista y nos cuesta verla también como un sector económico y de poder muy relevante; tenemos un proyecto para hacer de España un Hub Audiovisual, tenemos una industria audiovisual potente pero debería serlo más, necesita más dimensión, más digitalización y más internacionalización".

Entre los proyectos a abordar, el nuevo titular de Cultura y Deportes se ha detenido en "el Estatuto del Artista, los derechos de autor, la ley de mecenazgo y el apoyo a los creadores y creadoras con incentivos fiscales". Iceta terminaba su discurso citando al poeta Joan Margarit, sin saber que era suyo el verso: "La libertad -la frase no es mía, no les puedo decir de quién es- pero la libertad es una librería y la libertad también es un escenario, es el lugar donde se concitan las emociones, los saberes y esa capacidad innovadora de las gentes".

“Nosotros”, añadía el ministro, "tenemos muchas librerías, pero debería haber más porque algunas no nos han sobrevivido a la pandemia y tenemos muchos escenarios y de todo tipo y un patrimonio cultural, musical, artístico e histórico que no nos lo acabamos, tenemos los mejores museos del mundo y no siempre tenemos esa voluntad tan firme de descubrirlos y redescubrirlos".

"Somos un país de creadores y de creadoras, tenemos una lengua común vital poderosa internacional y no quiero descuidar la enorme importancia de la lengua castellana en América Latina y Estados Unidos", ha explicado Iceta, que también ha incidido en sus primeros minutos como ministro en el valor de la cultura como un derecho y un servicio público: "La cultura es también un servicio público y tenemos que garantizar el acceso real a las artes y el patrimonio, debemos estimular el talento creativo y la formación artística desde la escuela y a lo largo de la vida y no les escondo que me gustaría vivir en un país con más lectores y lectoras, que los que leen lean más y los que todavía no lo hacen empiecen a hacerlo”.

El nuevo titular hecho también varias alusiones al deporte, a pesar de reconocer, entre risas, que "el deporte no haya encontrado un lugar en mí": “Quiero un país y con más cultura con más deporte y debemos potenciar la práctica deportiva desde las escuelas". Iceta ha recordado además una de las citas más inminentes en su calendario: los Juegos Olímpicos de Tokyo, que se inauguran el próximo 23 de julio. "Debemos potenciar la práctica deportiva y vamos a hacerlo. Me uno al deseo de todos de que nuestros atletas tengan los mayores triunfos en los Juegos Olímpicos. Y estimulando el deporte femenino, que para muchos está siendo un descubrimiento y desterrando del deporte la homofobia: con esto llegaremos a tener el país que queremos tener", ha añadido.

Miquel Iceta se refería también a la cultura y el deporte más modestos: "Cuando hablamos de Cultura y cuando hablamos de deporte solemos pensar en las primerísimas filas, en los que ganan los trofeos y nos traen las medallas, en los que nos hacen reír, disfrutar, pensar y llorar desde un escenario pero yo creo que merece la pena recordar también a la cultura y el deporte que se hacen desde abajo, desde asociaciones y asociaciones de base y también pensar en equipamientos culturales y deportivos locales sin desatender por supuesto grandes instituciones culturales y deportivas que son nuestro estandarte pero sabiendo que sin esa cultura y sin ese deporte escolar o de base no valdría de nada tener grandes instituciones porque probablemente serían edificios vacíos".

Y si el ministro saliente, José Manuel Rodríguez Urbes, citaba a el escritor inglés G. K. Chesterton en su despedida del cargo -"la prueba de la felicidad es la gratitud"- Iceta se refería a la sintonía de Vainica Doble del programa Biblioteca Nacional de TVE, ("Todo está en los libros") para dirigirse al presidente de la corporación, José Manuel Perez Tornero, al que ha convocado a "trabajar mucho juntos, la televisión ha de seguir siendo ese motor de cambio, de mejora y de promoción de fomento de la cultura y del deporte".

 
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