'La Familia' se congrega de nuevo para hacer frente a su 'bestia negra'

Como se ha convertido en habitual en todos los Juegos Olímpicos disputados en lo que va de siglo, Estados Unidos se interpone en Tokio 2020 en el camino de España en su deseo de sumar una medalla más en baloncesto masculino. Esta vez será en cuartos de final y ante una criba que dejará sin metal a una de las dos grandes favoritas. Todas estas ocasiones han tenido el mismo desenlace, con 'La Familia' dando la cara en eliminatorias para engrosar el orgullo nacional, pero en las que el resultado terminó dando la espalda en los compases finales.

Cinco años después de la última prueba olímpica, España se reúne para hacer frente a su 'bestia negra' e intentar romper su maleficio ante el mayor coloso de la historia del baloncesto de selecciones. El rival a batir por todos los 'mortales' ha tenido una especial incidencia en el cuadro español y su época dorada. Sus tres preseas consecutivas anhelan una acompañante dorada que ha sido imposible hasta la fecha por culpa de una oposición norteamericana insuperable.

El inicio de la pesadilla americana

La generación que emprendió el cambio de época en España comenzó a creer en los 'imposibles' en Atenas 2004. En mente, la ilusión de repetir el único éxito de su disciplina en el torneo que databa de hacía 20 años.

Una fase de grupos impoluta, con cinco triunfos en cinco jornadas, solo fue la antesala de una derrota en unos cuartos de final crueles en los que esperaba una atípica Estados Unidos. Ya en plantilla con hombres como LeBron James o Dwayne Wade, aunque en una versión muy júnior, los norteamericanos metían miedo con solo desplegar su convocatoria. Carmelo Anthony, Allan Iverson o Stephon Marbury ya hacían de las suyas en un combinado que, para sorpresa de los aficionados, se dejó llevar por una superioridad evidente que no se tradujo sobre el parqué, relajados en demasía por un palmarés casi impoluto en los compromisos internacionales.

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Su papel en la ronda grupal, pese a su favoritismo, fue tan esperpéntico que acabó con un billete a cuartos de final como cuarta clasificada y dos tropiezos a sus espaldas. El 'harakiri' estadounidense, no obstante, tuvo una oportunidad de resarcirse en un cruce ante la líder del otro grupo: España.

En fase del KO, el 'Dream Team' se conectó de nuevo para plasmar en la cancha un espectáculo de altura frente a una España que cayó con orgullo. Más de 100 puntos fueron necesarios para que los españoles hincaran la rodilla en Grecia y, con ello, inyectar en su mentalidad que era posible hacerse un hueco en la historia.

Primer duelo en la cima

El día de la venganza hizo de presencia cuatro años más tarde y con toda una medalla de oro en juego. Fue el torneo en el que Pau Gasol se coronó como máximo anotador y guio a España hasta la final con un único tropiezo por el camino: precisamente frente a EEUU en el grupo de Pekín 2008.

Ante toda una constelación de estrellas bajo la batuta de Kobe Bryant, la selección española dio una versión excelsa que solo podía frenar un combinado de un nivel como el de aquella Estados Unidos de Mike Kryzewski.

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Para España, proclamada campeona del mundo dos años atrás, alcanzar una puntuación de tres cifras ni siquiera bastó para arañar algo más positivo que una plata de mucho más valor extra. El 107-118 definitivo fue el reflejo en marcador de una final considerada como la mejor de la historia en unos Juegos Olímpicos. A pesar de ello, tocó morder el polvo por segunda vez.

Final repetida, derrota repetida

Y llegaría una tercera. Y llegaría en otra final olímpica. Y llegaría una reedición del mayor deleite para los aficionados del baloncesto en la versión de selecciones. Un 107-100 volvió a emplazar a 'La Familia' en el lado de los subcampeones en los Juegos de Londres 2012.

El tercer intento español de escalada hacia el Olimpo del basket se vio frustrado por unos estadounidenses que tiraron de una dupla de otras dimensiones. Entre Kobe Bryant y LeBron James, cualquier intento de morder un oro quedó chafado pese a la madurez de una generación en plenitud con los hermanos Gasol, Juan Carlos Navarro, Rudy Fernández y compañía.

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En una competición con más dudas que las anteriores y unos resultados no tan óptimos como habían malacostumbrado a la hinchada española, 'La Familia' se permitió el lujo de crecerse en el instante idóneo. Con orgullo, el equipo mostró su garra en una cita en la que se permitió mirar a los ojos a unos estadounidenses que ya no eran asumidos como deidades.

El último gran 'show'

La conformación del cuadro de eliminatorias de los Juegos de Río 2016 impidieron que el gran reencuentro se diera cita en una nueva final. En su lugar, el España - Estados Unidos se dio cita en semifinales, por lo que su vencedor añadía a su victoria el aliento extra de quitarse de en medio a su mayor oponente de cara a alzarse campeón.

Este ha sido el último precedente del pulso de dos pesos pesados y sus enfrentamientos para el recuerdo. Una eliminatoria tensa, de mucha cabeza y con menos alboroto ofensivo que en las anteriores. En números más cortos, España aguardó a su momento para destrozar su techo, pero el desgaste físico en otra jornada memorable resultó, una vez más, insuficiente.

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El pase de ronda no se puso a tiro y la balanza cayó a favor de EEUU por un 76-82 que dejó a 'La Familia' con la miel en los labios y la sed de sangre en un próximo careo. El momento ha llegado y tendrá lugar en Saitama, este martes a partir de las 6:40 (hora peninsular).