Desde este martes y hasta el próximo 28 de enero, ya se puede visitar en el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ) la exposición El legado de las dinastías Qin y Han, China. Los guerreros de Xi´an, la considerada "octava maravilla del mundo".

Tres salas: la de los vivos, la de los muertos y la de los codiciados guerreros de Xi'an, que abarcan un milenio en la historia de China, junto a 120 piezas provenientes de nueve museos, algunas nunca exhibidas. Una muestra que mezcla arqueología y ciencia que va conduciendo al visitante desde el Oriente de los linajes, antes de que existiese China como tal, a la efímera dinastía Xin -que dio nombre al gigante asiático- y a la época dorada de la dinastía Han.

Al final, el plato fuerte: los siete guerreros -una muestra de los 8.000 que componían la ciudad funeraria-, además de dos figuras civiles -un asistente sentado y hombre arrodillado- y el caballo de terracota que se exhiben en vitrinas cilíndricas, a escasos centímetros del espectador. Se trata de un general junto a arqueros, aurigas, lanceros, conductores de carros y soldados de apoyo que componen el elenco de guerreros. La sala concluye con las figuras del mausoleo de Yanling, otro ejército también de terracota, en este caso de la dinastía Han, que ilustra la continuidad de unas tradiciones que llegan hasta la actualidad.

Una exposición sobre la vida de ultratumba y las ciudades funerarias, donde los emperadores querían gobernar eternamente rodeados de sus siervos, sus concubinas, animales, mobiliario y su ejército protector. Pero también es un homenaje a los obreros y esclavos, "a los invisibles de la historia que la hicieron posible", dice el comisario de la muestra, Marcos Martinón-Torres.

Otro elemento curioso es el carro réplica del que llevó al emperador a su tumba, con un peso de 1.200 kilos. Es de bronce y las cadenillas y hasta 3.000 piezas que lo componen, en plata y oro. Reconstruirlo costó ocho años de trabajo.

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Se exhiben también armas letales, como el sable de un general, monedas, unidades de volumen y objetos exóticos que llegaban a través de la Ruta de la Seda y la reproducción de un monolito con una inscripción del periodo de los Reinos Combatientes, para reflejar la primera muestra conocida de la caligrafía china que se reformó durante la etapa Qin y que pervive hasta hoy.

Los socialistas acusan a Mazón de deslucir el acto con la tránsfuga Parra

Han sido tres años de arduas negociaciones, pandemia de por medio, con los que se da salida en Alicante a los actos para celebrar el Año Cultural y Turístico España-China, coincidiendo con el 50 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambas naciones.

De hecho, el recorrido que han seguido el propio ministro de Cultura y Turismo de China, Hu Heping, quien se ha felicitado de esta colaboración y de las "amistosas" relaciones diplomáticas España-China, acompañando al presidente de la Diputación, Carlos Mazón; a la vicepresidenta del Consell, Aitana Mas; a la subdelegada del Gobierno en Alicante, Araceli Poblador, y al alcalde de Alicante, Luis Barcala. Todo, tras el acto institucional en el que la primera en tomar la palabra ha sido la exdiputada de Cultura, Julia Parra.

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El grupo socialista en la Diputación ha denunciado que Mazón "haya blanqueado el transfuguismo" al permitir que Parra presentase esta inauguración en el MARQ.

Para el portavoz, "haber dado cancha a una tránsfuga en una de las inauguraciones más importantes" de la legislatura "es una desfachatez" que demuestra cómo Mazón sigue apoyándose en el transfuguismo para gobernar, y que "desluce a la institución".