La justicia prohíbe a la Fundación Franco defender el honor del dictador
Una sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid deslegitima a la Fundación Francisco Franco para interponer demandas en defensa del honor del dictador en los tribunales
Madrid
La Fundación Nacional Francisco Franco existe desde 1976 y tiene, entre otros objetivos, difundir "la memoria y la obra” del dictador, organizar la misa del 20 de noviembre en el Valle de los Caídos y hacer medallas conmemorativas de su muerte. Pero lo que no podrán hacer a partir de ahora será ofenderse en nombre del Generalísimo: una sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid ha deslegitimado a la Fundación para presentar demandas en los tribunales en defensa del honor del dictador, y archiva definitivamente la que interpusieron contra el artista Eugenio Merino por su obra ‘Punching Franco’.
Una sentencia a la que ha tenido acceso la Cadena SER y que desestima el recurso que la Fundación interpuso contra la sentencia que absolvió al artista de responder por esta obra: un ‘punching ball’ con la cara magullada del dictador, gafas rotas incluidas. Pero los jueces de la sección 25ª de lo civil de la Audiencia Provincial se ahorran el debate sobre qué es arte y qué no lo es de la sentencia confirmada, y validan el fallo con un razonamiento algo más mundano: la Fundación Nacional Francisco Franco no está legitimada para defender el honor del dictador en los tribunales.
Los jueces no cuestionan el derecho al honor de esta Fundación, pero sí que atentar contra el honor de Franco sea “mimético” a hacerlo contra el suyo aunque los fines de la Fundación aludan al dictador: no puede “proyectarse automáticamente” sobre el honor de la Fundación, explica la sentencia, que entiende que le falta “legitimación activa” y por tanto desestima su recurso. Rechazan los jueces los argumentos de la fundación, que en su recurso pidió que “sencillamente póngase en el lugar que coloquen a su padre”.
No es la primera vez en que la justicia para los pies a la Fundación Nacional Francisco Franco en sus demandas civiles contra el artista Eugenio Merino – también le llevaron a juicio por meter el cadáver de Franco en una nevera en Arco bajo el título ‘Always Franco’ - pero sí es la primera que les deslegitima para actuar en su nombre. Explica Susana Plaza, abogada de Merino y ganadora de ambos pleitos, que “por mucho que esta fundación tenga entre sus fines enaltecer la vida de este señor, ni son este señor ni son sus herederos ni una persona que haya designado expresamente Francisco Franco para interponer estas demandas”.
En declaraciones a la SER, el artista Eugenio Merino recibe con satisfacción la sentencia y lamenta que “cada vez que un artista hace cualquier obra que tenga relación con Franco parece que está mal hecho. Es lo que tiene España, con estos temas en el mundo del arte no se quiere jugar”. Merino recuerda especialmente cuando la Fundación Nacional Francisco Franco se puso en contacto con la dirección de IFEMA para que su obra ‘Always Franco’, que representaba su cadáver en una nevera, no se expusiera en el festival ARCO de 2012: “De pronto el presidente de IFEMA apoyó a la fundación, se le apoyó mucho más que a los propios artistas, eso es lo que a mí más me ha molestado en estos años”.
Misas, medallas y el archivo documental
La Fundación Nacional Francisco Franco nació en 1976, un año después de la muerte del dictador, y según explica en su página web su objetivo fundacional es “la difusión de la memoria y obra de Francisco Franco” y “sale constantemente al paso, de forma documentada y objetiva, de tanta mentira y distorsión de la verdad”. Entre otras actividades, se dedica a editar y distribuir libros relacionados con Franco, organizar la misa cada 20 de noviembre en el Valle de los Caídos “para orar por las almas del Generalísimo, José Antonio y todos los caídos en la Guerra Civil” y también emiten “medallas conmemorativas” en los aniversarios de la muerte de Franco “con motivos variados en oro, plata y bronce”.
Una Fundación Nacional Francisco Franco que protagonizó varias polémicas hace una década, cuando trascendió que recibía subvenciones públicas del Gobierno a través de la Secretaría de Estado de Cultura: por ejemplo los 2,8 millones de pesetas (16.800 euros) que recibió en el año 2000. El destino de estas subvenciones habría sido la informatización y copiado del fondo documental de la Fundación, que atesora miles de documentos según explica también su web.