"Haber estado en el Atlético de Madrid es como un sueño"

Badajoz

El ex futbolista del Club Deportivo Badajoz y Atlético de Madrid en los años 60 y 70, Eusebio Bejarano, da nombre desde el lunes 16 de noviembre a los campos federativos de La Granadilla tras el reconocimiento que le ha hecho la Federación Extremeña de Fútbol. El pacense es uno de los jugadores más importantes de la historia del fútbol extremeño, logrando la Copa Intercontinental con el club rojiblanco, tres ligas y dos Copas del Generalísimo.

Eusebio estuvo en los estudios de la Cadena SER en Badajoz, agradeciendo el homenaje . "He conseguido títulos en el Atlético de Madrid pero el que más me gusta es este, ha sido el reconocimiento más bonito que he tenido. No tengo palabras de agradecimiento a la gente de Extremadura y sobre todo a la Federación que se ha portado fenomenal. Hay un gran grupo de gente estupenda", destacó.

Eusebio repasó su trayectoria en la SER, recordando sus inicios en el equipo Júpiter de la Barriada de La Estación de Badajoz, "en tiempos difíciles. Pasé necesidades porque no teníamos ni préstamo ni hipotecas y ésta era poder pagar a final de mes al ultramarino en donde mis padres sacaban comestible para poder salir adelante".

Del Júpiter pasó al Badajoz infantil, entrenado por el histórico Tony Cabello, que después sería compañero suyo en la primera plantilla del Badajoz. "Era un compañero, un padre, un hombre ganador en el fútbol mil por mil, lo ví jugar en la selección extremeña y como entrenador nuestro. Después jugué con él en Segunda División".

Tras debutar con el equipo blanquinegro con 19 años en septiembre del 67 en Santander ante el Racing, a la temporada siguiente fichó por el Atlético de Madrid. "El fútbol era diferente a lo que se hace ahora y tuve la oportunidad de estar con Villalonga que fue seleccionador de España en la Eurocopa que ganamos a Rusia en el 64 y también me entrenaba Miguel, un extremo canario que había jugado en el Atleti. Debuté marcando a Vavá, no el brasileño sino un español de Béjar, en el Manzanares ante el Elche y empatamos a cero y dijeron que habíamos perdido un punto pero habíamos conseguido un gran jugador. Fue muy bonito".

De aquello hace 47 años y a la semana siguiente formaría en el once titular durante muchos años con sus compañeros extremeños Melo y Adelardo. "Estaba acostumbrado a oir hablar de Adelardo, porque soy nueve años más pequeño que él. Yo trabajaba en un bar y ya oía los partidos de Adelardo y nunca pude creer que podía jugar a su lado con el paso de los años. No me salen palabras para elogiar a esos dos grandes jugadores".

Otro momento especial fue jugar el Trofeo Ibérico en Badajoz con el Atlético ante el Benfica del mítico Eusebio, "era el mejor, tenía una pegada impresionante, era un espectáculo y no le podías dejar disparar porque te hacía gol". Y al año siguiente, 69-70 logra el primer título de liga con Marcel Domingo de entrenador. "Haber estado en el Atlético de Madrid es como un sueño, algo que no me lo creo".

Su primer título de Copa del Generalísimo fue en el Bernabéu con victoria ante el Valencia por 2-1. Eusebio Bejarano desvela una impactante anécdota hasta ahora desconocida. "Acabé como un colador. Mi cuerpo y mis piernas estaban pinchadas, como si me hubieran pinchado durante el partido con un alfiler. Al acabar el partido me encontré perforado y a lo largo del tiempo escuché que hubo jugadores que salían con un alfiler. Había de todo en aquellos tiempos...".

Su título más importante fue la Copa Intercontinental del 75 ante el Independiente de Avellaneda, con derrota en Argentina por 1-0 y victoria en la vuelta en el Manzanares por 2-0. "Fuimos campeones del mundo sin ganar la Copa de Europa por unas circunstancias, pero logramos el título más importante. Tuve la oportunidad de estar en el Atlético de Madrid en un momento de oro en el que había grandes jugadores, hicimos un grupo muy bueno y logramos títulos muy importantes en unos doce años en el Atlético de Madrid".

Acabó en el Atleti con 30 años y tuvo una temporada en el Sporting de Gijón en la que jugó poco, hasta que volvió al Badajoz y acabó su carrera en el Olivenza, "un pueblo maravilloso que quiero mucho y en el que coincidí con Carmelo, Álvaro, Toni hermano de Adelardo...Y ahí acabó mi vida deportiva". Un sueño por cumplir podría ser ver al Badajoz en Primera y al Atleti ganar la Champions. "No lo había pensado pero me gustaría que estas dos cosas se cumplieran".