"Nuestro padre valoraba a las personas por cómo son, no por quiénes son"
En este día del padre Fernando y David del Diego nos han acompañado para hacer un pequeño homenaje a Fernando del Diego, una historia del cóctel que nos dejaba el día 9 de este mes tras 56 años tras la barra
A VIVIR MADRID | ENTREVISTA A FERNANDO Y DAVID DEL DIEGO
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Madrid
Hace apenas una semana, el día 9 de marzo, Madrid amanecía sin una figura esencial en el mundo de la coctelería, Fernando del Diego nos dejaba, pero tras él ha quedado su historia, porque en sí, él ha sido historia de la capital. Hoy 19 de marzo, día del padre, hemos querido hacerle, desde A vivir Madrid, un pequeño homenaje y junto a sus hijos, Fernando y David, hemos hecho un repaso por su vida.
Ellos se harán cargo a partir de ahora de la mítica coctelería del diego, famosa en España y muy valorada a nivel internacional. “Mi padre amaba lo que hacía. Vivía por y para sus clientes”, así definía Fernando a su padre, un padre que además de ser padre, era jefe y maestro y que ha dejado a los mejores testigos al frente de su local.
Del Diego llevó la dignidad de la profesión durante todos y cada uno de los 56 años que estuvo detrás de la barra, en unos años, los 90, en los que la coctelería no tenía su sitio en el ocio.
Fernando comenzó muy joven a trabajar junto a uno de los grandes, pasó 36 años en la barra de Museo chicote, y tras este tiempo, y tras haberse convertido en el coctelero favorito de Buñuel, decidió abrir su propio local, un local que lleva su apellido. En 1992 abrió la coctelería Del Diego y por su barra han pasado toda clase de personas: desde el vecino de toda la vida, el del barrio, hasta las estrellas más internacionales de Hollywood. “Hay que ser una persona humilde y sencilla, lo importante es valorar a la persona por cómo es, no por quién es. Mi padre trataba igual a un carpintero que a una estrella de cine”, con estas palabras explicaba Fernando del Diego, el hijo, cómo se consigue tener una barra donde pueda convivir todo el mundo.
Del Diego definió el barrio de Chueca como un coctel lleno de color y servido en una copa de diseño, sus hijos le han definido a él como un Dry Martini, su especalidad, y un coctel que tenía mucho de la personalidad del barman, “era sencillo, elegante, transparente y discreto. Era un hombre seco, pero con un regusto agradable. Mi padre era especial porque hacía sentirse especial a la gente”.
Viendo a sus hijos hablar de él, allá donde esté, puede estar tranquilo, porque no hay mejores manos que las de Fernando y David para continuar con Del Diego como él mismo ha hecho hasta ahora.