Donde habita el ‘sorpasso’

Madrid

El repetido 'sorpasso' - la meta electoral fijada por Podemos a nivel nacional- ya se consumó en Madrid hace seis meses. Entonces los socialistas sufrieron aquí el peor resultado de su historia en Madrid y no pudieron evitar quedar relegados a la cuarta posición por detrás del PP, Ciudadanos y Podemos.

Con la suma de escaños de Izquierda Unida (dos obtuvo en Madrid en las últimas elecciones generales la formación de Alberto Garzón) Podemos, bajo su nueva marca Unidos Podemos, va a mejorar previsiblemente su presencia numérica en el Congreso pero habrá que leer con detalle la suma total de votos de ambas formaciones por separado y ahora juntas. Está por ver si realmente los "viejos comunistas" desterrados de IU Madrid, han dado la espalda a Pablo Iglesias, se han ido al PSOE o sencillamente se han quedado en casa este domingo.

En el sistema de vasos comunicantes de la izquierda, queda por ver si el PSOE -a cuya división interna se ha sumado el desánimo de sus dirigentes- empeora o mejora ligeramente sus últimos resultados y si todavía se puede rascar algo del 'efecto Gabilondo' que evitó el descalabro en las autonómicas de 2015. Ángel Gabilondo ha estado presente en muchos mítines de Pedro Sánchez y sonó como posible ministro de Educación. La moral socialista en Madrid está en horas bajas y cualquier cambio de tendencia puede ser observado como un triunfo. Pero independientemente del resultado, muchos militantes -no necesariamente del llamado sector crítico o despechado- creen que el partido necesita nuevos aires y una renovación de discursos y caras y que debe afrontar un cambio de arriba a abajo.

La campaña ha enturbiado seriamente la relación entre el PSOE y la marca local de Podemos en la capital. Los socialistas, han pasado de plantearse la entrada en el gobierno de Manuela Carmena a votar a rechazar algunas de las propuestas de Ahora Madrid. El lunes comprobaremos si todo esto es postureo o la situación es irreconciliable. A Podemos le interesa un PSOE débil pero vivo para seguir gobernando con comodidad en el Ayuntamiento de Madrid. Un cambio de izquierdas pasa además por el acuerdo entre ambas formaciones sí o sí. En Cibeles o en la Carrera de San Jerónimo.

El votante que ni siente ni padece

Con una campaña de comunicación medida y trabajada, Cristina Cifuentes -en el PP y en la política madrileña desde los 90- ha logrado desvincular su imagen de los anteriores gobiernos populares y situarse como el referente del cambio interno y como alternativa a la era Rajoy.

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El Partido Popular de Madrid ha vivido meses complicados. En el último medio año hemos visto dimitir de la presidencia del PP de Madrid a Esperanza Aguirre acorralada por las informaciones de la Púnica. Hemos asistido a registros en la sede del partido y a una investigación judicial por presunta financiación irregular. Granados ha paseado su desfachatez por videoconferencia y el eterno sumario del caso ha puesto contra las cuerdas a exalcaldes, políticos 'rana' y a muchos empresarios que pasaban por caja a cambio de adjudicaciones o favores políticos.

El votante del PP no se entregó en diciembre en manos de Ciudadanos aunque el Partido Popular sufrió -al igual que ocurrió a nivel nacional- un retroceso importante. Los votantes desencantados del Partido Popular que respaldaron a Albert Rivera, quizá no le perdonen su acuerdo con el PSOE y tal vez ofrezcan una oportunidad al proceso renovador de Cifuentes. Como consecuencia de todo esto, una de las incógnitas de la noche será si Ciudadanos se deja un escaño por Madrid en el camino. Lo que no parece que plantee grandes dudas es la victoria popular. El PP ganó las elecciones del 20J y previsiblemente esta noche, volverá a ocurrir lo mismo en su feudo más fiel.