Cómo cambia la vida de un pueblo un año después de ganar el Gordo de la Navidad. / ATLAS
El Gordo, para comprar un coche, una finca y una granja de pollos
Madrid
Fue tocar el Gordo y desatarse la locura en Laujar de Andarax, Almería. Un estallido de alegría que un año después se ha convertido en tranquilidad. Porque aquí los afortunados del sorteo de Navidad, aunque sigan trabajando, lo hacen a otro ritmo.
A Isabel le tocaron 320.000 euros y los ha invertido en un coche, una finca y una granja de pollos. En esta localidad almeriense de 1.600 habitantes se vendieron 800 décimos, en total, 320 millones de euros.
El pueblo está ahora más blanco que nunca: fachadas arregladas, rejas nuevas y coches, muchos coches; todos con matrículas parecidas, comprados tras el Gordo.