Se desvanece la esperanza de vivir hasta los 100 años: una investigación descubre nuevos obstáculos hacia esta meta

Con el paso de los siglos, la esperanza de vida del ser humano ha ido aumentando poco a poco, viendo cómo antes vivíamos menos años y ahora bastantes más. El cambio más significativo se produjo en el siglo XX, cuando el crecimiento fue exponencial, tanto que se esperaba que para estas alturas de la historia en la que ya estamos inmersos estuviéramos cerca de poder vivir de promedio unos 100 años. Sin embargo, esta esperanza se está desvaneciendo.

En Ansa escriben sobre este tema diciendo que en el siglo pasado se había llegado a considerar realista que pudiéramos vivir unos 100 años de manera fácil. Fue sobre todo porque entre finales del siglo XIX y principios del XX, especialmente en los países más desarrollados, el progreso en higiene y medicina, así como la aparición de nuevos medicamentos, hizo que se creyera en esta posibilidad de manera fehaciente, porque se confiaba en un avance constante y significativo que no se pausaría.

Todo este optimismo se ha visto frenado con los resultados de un estudio publicado en la revista de la Academia de Ciencias de Estados Unidos, PNAS, coordinado por el demógrafo José Andrade, del Instituto Max Planck de Alemania. Según los hallazgos que han obtenido en 23 países industrializados, se ha producido una acusada desaceleración de aproximadamente la mitad del crecimiento registrado a principios del siglo XX, dejando una esperanza de vida actual de alrededor de 80 años.

Implicaciones para no creer

Los datos sobre la tasa de crecimiento de la esperanza de vida indican que la aceleración sostenida de las primeras décadas del siglo XX no se ha mantenido. Escriben en Ansa que en aquellos momentos la comparación era tremenda, puesto que una persona nacida en un país rico en 1938 podía esperar vivir hasta los 80 años, 18 años más que alguien nacido tan solo 40 años antes. Esa tendencia esperaban que continuara, pero nada más lejos de la realidad.

Explican que para quienes nacieron entre 1939 y 2000, ha disminuido a un ritmo de entre 2,5 y 3,5 meses al año, aunque son datos que varían según los diferentes métodos de investigación utilizados. Igualmente, la desaceleración es manifiesta y significativa, siendo de aproximadamente la mitad del crecimiento registrado a principios del siglo XX, dejando la esperanza de vida en alrededor de 80 años. "Predecimos que quienes nacieron en 1980 no vivirán hasta los 100 años en promedio, y ninguna de las cohortes de nuestro estudio alcanzará este hito", afirmaba Andrade.

Los autores están convencidos de ello y dicen que incluso con importantes innovaciones médicas que en la actualidad son impredecibles, es casi imposible igualar los rápidos aumentos en la esperanza de vida observados en el último siglo. Afirman que tener constancia de todo esto es muy importante, porque ser consciente de estas dinámicas puede ser útil en diversos frentes, tanto a nivel político para definir los planes nacionales de salud como a nivel individual para fijar las cotizaciones a las pensiones, aunque ya se conocen muchos de los factores que influyen sustancialmente en la esperanza de vida.

Algunos de ellos son el estilo de vida o la calidad del aire, aspecto este último que está en primera línea de batalla en la actualidad con el objetivo de mejorarlo en las próximas décadas, pero aún así no hay demasiado optimismo ni consiguiéndose los objetivos marcados. Héctor Pifarré i Arolas, uno de los autores del estudio e investigador de la Universidad de Wisconsin-Madison, resumía que "el aumento sin precedentes de la esperanza de vida alcanzado en la primera mitad del siglo XX parece ser un fenómeno que difícilmente se repetirá en el futuro próximo".