Caldereta de cordero
Hoy vamos a hacer una receta con una parte del cordero que no suele ser muy común utilizar pero que os aseguro que es fantástica: el cuello o pescuezo. Utilizaremos ingredientes muy sencillos que darán como resultado una caldereta realmente sabrosa.
Empezamos salpimentando la carne. Después, calentamos el aceite de oliva en una olla con 3 dientes de ajo partidos en dos, los confitamos con una punta de pan de sopako.
Una vez confitados, apartamos los ajos y el pan a un mortero para hacer un majado.
Añadimos el kilogramo de carne de cuello de cordero a la olla y la sofreímos.Una vez dorada, añadimos la cebolleta picada, y seguimos sofriendo.
Este es el momento de incorporarlos, añadimos la cucharada de pulpa de choricero + la pizca de harina + el vaso de vino blanco, y lo reducimos.Una vez reducido, mojamos el conjunto con el agua.Guisamos 2 horas aproximadamente.
Majamos el contenido del mortero (ajos confitados y pan sopako). Añadimos el majado sobre la caldereta y rectificamos el sazonamiento. Dejamos que todos los sabores se mezclen bien y ya tenemos una caldereta de cordero de rechupete.
A TENER EN CUENTA
El zancarrón y el cuello son las mejores carnes del cordero para guisarlas en la cazuela.
Las cocciones prolongadas y a fuego muy lento, vuelven estas carnes mantequillosas y los jugos de cocción se espesan debido a la abundante presencia de gelatina.
Al comprarlo hay que intentar adquirir la pieza más magra y que su grasa sea inmaculadamente blanquecina.
Ha de ofrecer un tacto húmedo y vivo, rechazando las carnes que parezcan mates, de aspecto baboso y sobretodo resecas. El buen cordero "huele fresco".
Si no lo encontramos, lo podemos sustituir por pan duro que nos haya sobrado de días anteriores, lo tostamos bien en el horno y lo usamos como si fuera sopako.
El reposo es esencial para los guisos. Está mejor sin duda de un día para otro, si podemos, lo preparamos con un día de antelación, lo dejamos reposar, y nos lo comemos al día siguiente. Gana un montón.
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