The National, el triunfo de la banda sin éxito
¿Qué ha llevado a este grupo de amigos de Cincinnati a ser una de las formaciones más importantes de la escena independiente del siglo XXI? La respuesta no es sencilla. Puede que se deba al directo del grupo, curtido en conciertos en los que no había nadie, cuando presentaban su debut, incluso su segundo álbum, allá por 2003. “Aquello nos fortaleció mucho como banda”, explica el grupo en el documental ‘Mistaken for strangers’, la cinta rodada por Tom, el hermano del cantante. “No entendíamos cómo a pesar de todo nuestro esfuerzo nadie parecía interesarse por nuestra música”, añaden.
Así fue la primera visita de The National a Madrid en noviembre 2005, un concierto en Moby Dick en el que apenas había medio centenar de personas. Su actuación en el Primavera Sound de 2011 ya sería otra historia. Aquel concierto madrileño, del que casi nadie ha oído hablar, es un recuerdo imborrable para los que asistieron. Blanca Orcasitas, dj y enferma musical, fue una de esas personas. “Recuerdo la fuerza de Matt, su voz, cómo se subía a los monitores y cómo casi se cae. Recuerdo que preguntaba si alguien tenía sus discos, yo era la única que los tenía todos”, explica Blanca. “Me emocionó mucho”, añade.
Poco a poco, Matt Berninger se ha ido despojando de su timidez para convertirse en una bestia sobre las tablas, en un hombre elegante que comienza sus actuaciones con una copa de vino en la mano y que termina entre el público tras arrastrarse, escalar y romperse la garganta en unos gritos atroces.
El grupo regresa ahora a España encumbrado como una de las bandas del momento tras haber editado una maravillosa colección de discos sin fallos, sin temas reconocibles pero cosidos con coherencia unos a otros para crear obras completas donde la oscuridad y la intensidad encajan con el éxtasis y la energía de unos trabajos en los que nunca sobra nada. Esa es otra de las claves.
Pocos bandas independientes han llegado a la cima sin tener un éxito, una de esas canciones que se repiten en la radio hasta terminar cansando. Vivir en esa frontera es peligroso y no son pocos los grupos que han acabado por rendirse en esa guerra por la fama, por el dinero. The National ha triunfado haciendo lo mismo que hacían cuando comenzaron, pero mejor. El grupo no ha comprometido su integridad y no han hecho concesiones en su viaje musical, simplemente han ido sosegando sus canciones y dándoles un poso más melancólico. The National nunca se obsesionó en buscar esa canción pegadiza, en crear uno de esos himnos que te permiten comprarte una casa en la playa, pero sí que atravesó una profunda crisis durante la grabación de su anterior trabajo.
Otra de las claves del éxito de The National es que su música engancha. A pesar del paso del tiempo, siempre se acaba volviendo a sus discos, a unos trabajos que no cansan y que siguen sonando auténticos, llenos de rabia, de ira, de honestidad y de necesidad de expiación. Sus álbumes son imperecederos y siguen sonando frescos y emotivos diez, ocho o cinco años después y esa es una cualidad que solamente poseen las obras redondas y completas, esas que nacen en un contexto y con un motivo, que se hacen dentro y alrededor de una idea musical, de un sentimiento. Después de todo, el secreto de esta banda está en su trabajo, en llevar una trayectoria intachable que va dando forma a una discografía elegante y oscura que ha ido calando, boca a boca, hasta terminar por ensalzar a este peculiar grupo lleno de talento.