El Madrid también se engancha a la Copa

Ancelotti ha dejado claro en Cornellà que la Copa es un título al que no piensa renunciar. Con la única ausencia de Xabi Alonso, el italiano planteó un partido para encarrilar en la eliminatoria con todos sus primeros espadas. Los Cristiano, Bale y Benzemá cumplieron. El Espanyol necesita una auténtica proeza para estar en semifinales.

La Copa es otra Copa desde que los grandes demostraron a sus aficiones que es un título más al que no hay por qué renunciar. El partido del Madrid ante el Espanyol en la ida de los cuartos de final de este torneo así lo ha puesto de manifiesto una vez más.

Porque lo que en otros tiempos era una oportunidad para demostrar el fondo de armario, dando descanso a las figuras, ahora es un partido que no tiene otro objetivo que pasar. Quizá tuvo la culpa aquel Alcorconazo que sufrió el Madrid de Pellegrini y que demostró que tampoco se toleran borrones fuera de la Liga y de la Champions.

El equipo de Ancelotti demostró desde el inicio que iba a por el partido de la mano de un Modric que nadie se atreve a discutir, de un Cristiano que no se quiere perder ni una y de un Bale del que siempre se espera algún detalle. El Espanyol no se sintió intimidado por esos argumentos y quiso que la pelota pasara por los pies de Víctor Sánchez y Abraham.

Lo logró, aunque no demasiado tiempo. Quizá porque Cristiano lanzó un primer balón cruzado que vio pasar mui cerca el meta Casilla. También porque Pepe, autor del tanto de la victoria para el Madrid en el choque liguero, le enseñó a Sergio García el cartel de calle cortada cuando intentaba meter la directa a la portería blanca.

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Las ganas del Espanyol fueron siempre insuficientes. Los de Aguirre no eran capaces de meter el miedo en el cuerpo al Madrid ni con una ocasión clara de Pizzi, que lanzó el balón a las nubes en lugar de comprometer a Casillas cuando parecía lo más fácil.

Y como perdonó, el Espanyol lo pagó. Primero estuvo a punto de marcar Cristiano, que mandó la pelota a un poste. Después llegó Benzema, que en el sitio que debe ocupar todo conquistador del área remató un balón de cabeza para romper el marcador. La jugada venía desde la derecha, con un balón colgado que peinó Bale para habilitar al francés rompiendo los esquemas de los rivales. Era el 0-1.

Solo habían pasado 24 minutos del inicio del encuentro. Quedaba mucho de partido, y más de eliminatoria, pero el Espanyol apenas pudo amenazar unos minutos al equipo blanco (de naranja en Cornellà). Fue en el arranque de la segunda mitad.

Antes, el que reclamó protagonismo fue Cristiano, que quiso convertir en oro un balón colgado por Benzema en un intento de chilena que no pudo materializar. También buscó el gol el delantero francés demostrando que no es ajeno al debate que se ha instalado en parte de la afición reclamando su puesto para el canterano Jesé.

Otro debate que estuvo presente en muchos momentos del encuentro fue el que afecta al lugar por el que pelean Di María e Isco, pero el argentino no escatimó esfuerzos y devolvió la confianza de Ancelotti bajando a zonas que no le corresponden, apuntalando a Illarramendi y buscando también el espacio en las bandas, algo que sí es más propio de su currículo.

En cualquier caso, el Espanyol tuvo su oportunidad. Y más de una. Porque en el arranque de la segunda mitad probó el disparo Álex Fernández. Además, Torje buscó el fallo de CLos Gómez reclamando un penalti que no lo era. Y Sergio García también intentó sorprender sin suerte a Casillas.

Querían los blanquiazules y seguían sin poder. De hecho, hasta casi el final el partido volvió a inclinarse del lado del Real Madrid con mucho protagonismo de Arbeloa, con mucho criterio de Di María y Modric y con bastante poco acierto de hombres como Gareth Bale. El galés estuvo potente en la arrancada pero desafortunado en la definición. Pareció incluso desesperar a Cristiano cuando no le vio en una conta. Lo mismo le había pasado poco antes con Benzema.

Feron esas imprecisiones las que impidieron que el Madrid dejara sentenciada la eliminatoria en Cornellá. No lo está, pero es cierto que los de Ancelotti tienen todos los números para verse las caras con el que sobreviva de ese duelo copero que tienen que jugar Athletic y Atlético.

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