Atlético de Madrid: fe, motivación y fútbol total

El mejor Atlético de Madrid de la historia nació precisamente de una derrota estrepitosa. El 22 de diciembre de 2011, el Albacete de Segunda B, eliminaba de la Copa del Rey al equipo por aquel entonces dirigido por Gregorio Manzano. El entrenador ya estaba sentenciado antes de ese partido pero el parón navideño era crucial para traer a la pieza maestra del nuevo Atlético

Una semana después se presentaba en el Calderón Diego Simeone, emblema del Atlético en los años 90 y sintetizador perfecto de la idiosincrasia del club. Fue una víspera de los Santos Inocentes y aunque aquello no tenía nada de broma, el Cholo dejó tres citas que resumían a la perfección lo que sería su Atlético.

1. "Hay que sentir la pertenencia a este equipo". Para el Cholo jugar en el Atlético es un sentimiento.

2. "No vivo ni de fantasías ni de ilusiones. Solo me importa el partido con el Málaga". La esencia del cholismo, el partido a partido fue citado en el primer instante.

3. "Me gustaría un equipo agresivo, fuerte, aguerrido, contragolpeador... Que se identifique con la historia de esta camiseta que nos enamoró". El ADN atlético tenía que volver a estar presente.

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Con esos tres pilares bien fijados, el Cholo comenzó un trabajo de recuperación de la autoestima. Con un equipo en media tabla y eliminado de la Copa del Rey el cuerpo técnico rojiblanco centró todos sus esfuerzos en la Europa League. Con el paso de los partidos y las eliminatorias el equipo se creyó el mensaje de su entrenador y acabó levantando la copa en Bucarest al Athletic de la mano de un estelar Radamel Falcao.

La segunda temporada del Diego Simeone al frente del equipo fue la de su mayor crecimiento. En ella encontró la regularidad necesaria para volver a clasificarse para la Champions League, el objetivo que perseguía el club del Manzanares desde hace años. También fue el curso en el que rompió la maldición de los partidos con el vecino, venciendo en la final de Copa al Real Madrid en el Bernabéu.

Campeones 18 años después

El curso 2013/2014 empezó con una venta que levantó dudas en los objetivos del equipo. La salida de Falcao dejó toda la responsabilidad del ataque 'indio' a Diego Costa, y la apuesta no pudo salir mejor. Ayudado por Villa y el sorprendente Raúl García, entre los tres han ido marcando los goles necesarios para mantener al equipo feliz en todas las competiciones.

Pero si en algo destaca el Atlético de Madrid es en su solidez defensiva. Courtois, Juanfran, Godín, Miranda y Filipe, salen casi de carrerilla. La transformación de ese quinteto supone gran parte del éxito del Atlético de Simeone, capaces de dejar la puerta a cero en 19 de las 37 jornadas de Liga que se llevan jugadas, más del 50%.

La revolución del Atlético de Madrid también pasó por el centro del campo. Gabi, repescado del Zaragoza y Mario del Mallorca han pasado de ser dos apuestas arriesgadas a contrastarse como dos centrocampistas totales. Ambos capaces de defender y ambos capaces de marcar goles decisivos, como el de Gabi a Diego López en el Calderón. También el Cholo es en parte responsable de la explosión de Koke, un interior guerrero y con un guante de seda en sus botas para el balón parado.

El Atlético levanta una Liga 18 años después de que lo hiciera su entrenador en el césped, precisamente frente al Albacete (El equipo que precipitó su vuelta). Y lo hace gracias a la fe de pensar que podían superar a los dos equipos más poderosos del mundo en la competición de la regularidad.

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