La OMS pide una regulación estricta para los cigarrillos electrónicos
Reclama que se tomen medidas similares a las que regulan el tabaco tradicional
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado este martes un informe demoledor contra el consumo de cigarrillo electrónico. En él, alude a la falta de información que se tiene de los sistemas electrónicos de administración de nicotina (SEAN) para pedir una regulación estricta frente a su uso, algo similar a la que ostenta el tabaco tradicional. Las recomendaciones de que se prohíba su consumo en espacios cerrados y la venta a menores son las que medidas más polémica han suscitado.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado este martes un informe sobre los sistemas electrónicos de administración de nicotina (SEAN), representados en su mayoría por lo que comúnmente se conoce como cigarrillo electrónico. Estos e-cigarrillos se han promocionado públicamente como ayudas para dejar de fumar el tabaco tradicional y como alternativas algo más saludables. Sin embargo, la OMS advierte que "la mayor parte de los productos SEAN no se han sometido a ensayos por parte de científicos independientes, pero las pocas pruebas realizadas revelaron amplias variaciones en el carácter de la toxicidad de los contenidos y las emisiones".
La falta de información y claridad es la que ha llevado a la OMS solicitar una "regulación global en aras de preservar la salud pública" similar a la que ya normaliza el sector del tabaco tradicional. Según indica el documento, hasta que no se demuestre de forma irrefutable que estos productos contribuyen al control del tabaquismo, como se afirma desde el sector, se debe mostrar una actitud de precaución ante ellos, pues resultaría desastroso echar por tierra lo conseguido hasta la fecha. Por este motivo, las propuestas de regulación que solicita la OMS se resumen en:
1) Impedir la promoción del cigarrillo electrónico hacia no fumadores y menores de edad. La OMS ha demostrado que los cigarrillos electrónicos provocan efectos nocivos sobre las personas que los consumen, por este motivo, considera que en ningún caso deberían promocionarse hacia aquellos que no los requieren para abandonar el tabaco tradicional.
2) Prohibir utilizar como reclamo de venta los beneficios para la salud que no hayan sido probados científicamente. La OMS señala que se debe probar científicamente la capacidad de los cigarrillos electrónicos para reducir el consumo del tabaco, algo que, según sus datos, aún no se ha demostrado.
3) Minimizar el riesgo potencial que los cigarrillos electrónicos puedan suponer para la salud de fumadores y fumadores pasivos. Es en esta apartado en donde entran en juego las medidas más controvertidas, pues se pide prohibir el uso del cigarrillo electrónico en lugares cerrados y su venta a menores de edad.
4) Proteger las actividades de control del tabaco existentes contra los intereses comerciales y otros intereses derivados de la industria tabacalera. En este sentido, la OMS considera, ante la creciente irrupción de empresas de la industria tabacalera en el sector de los SEAN, que "esa industria, sus aliados y representantes nunca se podrán considerar como legítimos asociados o partes interesadas en la salud pública mientras continúen obteniendo beneficios del tabaco y sus productos".
Este informe ha servido para avivar las llamas del debate entre los defensores del cigarrillo electrónico, como la Asociación Nacional del Cigarrillo Electrónico (ANCE), que representa al 60% del sector SEAN en España, y los contrarios, fundamentalmente organizaciones anti-tabaco o representantes sanitarios como la Organización Médica Colegial.
En cualquier caso, la OMS admite que estas medidas han sido propuestas ante la falta de información disponible sobre los productos SEAN por lo que, en caso de que se demostrasen sus efectos positivos con futuras pruebas científicas, "los datos y las recomendaciones que se incluyen en el presente informe pueden cambiar rápidamente".